Agilizar el proceso: ese fue el pedido que hicieron los querellantes al cumplirse un mes del inicio del juicio por presuntos abusos en el Instituto Próvolo, que comenzó el 5 de agosto. En este período, solo se realizaron doce audiencias en las que los magistrados escucharon los testimonios de ocho exalumnos y alumnas, algunos grabados, y otros, con la reproducción en vivo de la cámara Gesell.

En el proceso se juzga a los sacerdotes Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho (59), y al jardinero Armando Gómez (49), que están acusados de cometer entre todos 28 hechos de abuso sexual y corrupción de menores en el instituto que funcionaba en calle Boedo y donde actualmente se ubican dependencias de la comuna de Luján de Cuyo.

Corbacho debe responder por 16 abusos (simple y violaciones); Corradi, por seis, y Gómez, también por seis, de acuerdo a las denuncias de 11 exalumnos y alumnas que hoy son los principales testigos en su contra.

Próvolo: juzgan a dos curas y a exempleado por 28 hechos de abuso y corrupción

El lunes a las 8.30 comenzará el juicio contra los sacerdotes Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho (59) y el administrativo y jardinero Armando Gómez (49), acusados de cometer 28 delitos de abuso sexual y corrupción de menores contra 20 exalumnos del Instituto Antonio Próvolo de Mendoza, una institución dedicada a la educación de niños y niñas sordos en todo el mundo.

Un proceso lento

La primera etapa del juicio que se inició el 5 de agosto fue lenta debido a varias razones. Las audiencias solo se realizan por la mañana, pese a que, en un primer momento, desde la oficina de Prensa del Poder Judicial se informó que serían en doble turno. Los magistrados debieron resolver distintos cuestionamientos de la defensa de los imputados, además de adaptarse a un proceso en el que denunciantes y denunciados tienen una discapacidad auditiva.

Justamente, durante los primeros días del juicio, los jueces Carlos Díaz (presidente), Alejandra Ratto y Mauricio Juan definieron aspectos sustanciales para que el proceso siga adelante, algunos por pedido de la defensora oficial de los imputados, Alicia Arlotta. El primero fue garantizar que Corradi pudiera escuchar lo que sucedía en las audiencias, lo que se resolvió con un software que transcribe a lenguaje escrito cada palabra que se dice, y luego realizar una nueva pericia psicológica a Gómez, cuya conclusión fue que comprendía los pormenores del proceso, lo que ratificó el tribunal.

Próvolo: el tribunal decidió que Gómez seguirá en el juicio

El jardinero Armando Gómez (49) seguirá sentado en el banquillo de los acusados, como uno de los tres imputados por presuntos abusos sexuales y corrupción de menores en el Instituto Antonio Próvolo. Así lo decidieron los integrantes del Tribunal Colegiado N.º 2, al determinar que el hombre está en condiciones de enfrentar y comprender el proceso en su contra.

Otro de los aspectos esenciales que resolvieron los magistrados fue que los testigos no declaren nuevamente, sino que las partes escuchen y vean las grabaciones de las denuncias que los exalumnos hicieron durante  la investigación, que comenzó en noviembre de 2016. Determinaron que si necesitan hacer alguna consulta o aclaración, la víctima o testigo será evaluada primero por una psicóloga para analizar si está en condiciones de declarar. A esto se suma que, por la trascendia del juicio, se designó a seis magistrados: tres titulares y tres suplentes (Aníbal Crivelli, Jorge Coussirat y Laura Guajardo) y, aunque todos siguen este proceso, tienen otras causas que atender. 

Muchos de estos aspectos fueron los que ralentizaron esta primera etapa del proceso, que ahora se centra en la reproducción de los testimonios que fueron grabados tanto a denunciantes como a testigos de los hechos.

Los querellantes advirtieron la necesidad de agilizar el juicio. Así lo aseguró Sergio Salinas, que explicó que fueron pocas las audiencias que se concretaron en un mes, así como los testimonios que escucharon las partes.

Por su lado, Oscar Barrera explicó que el proceso fue lento al principio, no solo porque el tribunal debió resolver presentaciones de la defensa, sino porque debían adecuarse a un juicio en el que los denunciantes y algunos denunciados tienen una discapacidad auditiva.

Próvolo: una testigo acusó de abuso a los tres imputados

Una joven de 26 años acusó al sacerdote Horacio Corbacho (59) y al jardinero Armando Gómez de violarla cuando era alumna del Instituto Próvolo, mientras que señaló al cura Nicola Corradi (83) de someterla a tocamientos.

La ansiedad de los sobrevivientes

Los familiares de los sobrevivientes también advirtieron la lentitud del proceso, pero reconocieron que en las últimas semanas se agilizó. Ariel, papá de una exalumna, aseguró que en la primera etapa el juicio se suspendía para resolver distintas presentaciones de la defensa, pero subrayó que se fue allanando el camino y que ahora solo resta que los magistrados analicen las pruebas y testimonios que hay en contra de los imputados.

“Nosotros confiamos en la Justicia, pero a veces es difícil. Los chicos están muy ansiosos, quieren justicia ya, pero entendemos que esto tiene sus tiempos, confiamos en los fiscales y los querellantes y, sobre todo, en la cantidad de pruebas que existen contra los acusados”, fueron las palabras del hombre.

Próvolo: los familiares de las víctimas, entre la esperanza y el dolor

Los familiares de los exalumnos del Instituto Próvolo vivieron con sensaciones encontradas el primer día del juicio contra los tres acusados de abusos sexuales y corrupción de menores.

Testimonios clave

Para los querellantes, los ocho testimonios que se escucharon fueron clave. Aseguraron que no solo los exalumnos corroboran que sufrieron abusos sexuales (violaciones y tocamientos) por parte de los imputados y de otras personas que debían cuidarlos pero no están incluidas en este primer juicio, sino que ratificaron que padecían castigos físicos.

Otro aspecto central de estas declaraciones fue que la mayoría de los jóvenes declararon que le dijeron a alguna autoridad del instituto o empleado lo que estaba sucediendo, pero nadie hizo nada para protegerlos. En sus declaraciones, algunos exalumnos aseguraron que le advirtieron a su familia de las vejaciones, pero que poco después de que sus  padres pidieran explicaciones a Corradi, fueron echados del instituto.