Un informe del Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre (OXFAM), publicado a fines de septiembre, sostiene que América Latina continúa siendo la región más desigual del mundo. Según el documento, es un fenómeno que, lejos de reducirse, continúa amplificándose. 

América Latina sigue siendo una región donde reina la desigualdad: "No es la más pobre, pero sí la más desigual del planeta", afirmó hace unas semanas José Angel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), organismo destinado a promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo. Mientras se cierra la llamada "década dorada” de América Latina, caracterizada por los altos precios de las materias primas y porque las economías de la región no crecen al mismo ritmo, un informe de Oxfam estima que existe el riesgo de que 200 millones de latinoamericanos caigan en la pobreza.

Rosa Cañete Alonso, coordinadora de la campaña "Iguales" en América Latina, explicó que “en términos de riqueza, la región ha experimentado desde 2000 a 2014 una mayor concentración. Actualmente, el 10 % más rico concentra el 71 % de la riqueza, y el 1 % más rico, el 41 %. Según estimaciones de OXAM, “si no se toman acciones directas, en 2022 el 1 % más rico tendrá más riqueza acumulada que el grupo 99 % restante”.

Alonso se refirió a un estudio recientemente publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que demuestra que cuando las clases altas se quedan con el mayor “pedazo de la torta” la economía decrece, mientras que cuando aumenta el pedazo de la torta que se llevan los sectores más pobres, la economía se estimula porque aumenta la demanda. “Por lo tanto, ya no es solo un tema de justicia o de pobreza sino de economía”, argumentó.

En tanto, con respecto a los altos niveles de concentración de la propiedad de la tierra, dijo que “América Latina es la región más desigual en el reparto de la tierra de todo el mundo”, donde el 64 % del origen de la riqueza proviene de la propiedad de la tierra e inmobiliaria. Esto es “una herencia que traemos desde la colonia”.

Las denuncias de la creciente desigualdad no son nuevas para Loreto Bravo, secretaria ejecutiva de ACCIÓN, asociación chilena de organizaciones no gubernamentales. Relaciona estas denuncias con las movilizaciones que los estudiantes vienen realizando desde 2011. Sin embargo, considera que esto “se ha aligerado por esta cultura de cuidar a los ricos”. Bravo advierte que la desigualdad genera lo que se califica de "secuestro de la democracia"; es decir, la utilización del estado en beneficio de unos pocos y en detrimento de la mayoría.

Si bien Chile siempre fue considerado como un país menos corrupto, Bravo refuta esta “cultura de la negación”, cuya ruptura se manifestó con las leyes para regular la industria pesquera; cuando se descubrió que los legisladores aprobaron la concentración de las empresas ya que estas habían financiado sus campañas políticas.