“Quiero destacar el trabajo de estos meses de la Cámara de Diputados y de todos los argentinos que dieron un debate histórico, propio de la democracia”

Mauricio Macri, presidente de la Nación.

Desde fines de febrero, el reloj que marca el tiempo de las agendas coyunturales se detuvo de pronto por la decisión política de encarar uno de los problemas más postergados. Es como cuando algún conflicto familiar se calla durante mucho tiempo y algún referente del grupo decide ponerlo sobre la mesa.

Más allá de las especulaciones sobre esa determinación, llegó la hora de enfrentarnos con el aborto de cara a nosotros mismos. Esa es la inspiración que impulsa esta Edición U de junio.

Ya ocurrió en 2010, cuando Cristina Fernández presidía el país. Ella fue quien impulsó el matrimonio igualitario, un reclamo histórico de un sector de la sociedad postergado por el prejuicio generalizado que nos llevó a la negación colectiva, como si la unión afectiva entre personas del mismo sexo fuera a desaparecer por ese bloqueo social. Transcurrieron ocho años y volvió a darse el mismo gesto, esta vez con la discusión parlamentaria sobre si el aborto debía ser legal o permanecer en la clandestinidad.

Desde que Macri habilitó el debate, se vieron reflejadas todas las opiniones a favor y en contra de la propuesta añosa. Se llegó al reconocimiento de la práctica y la necesidad de contemplarla para escuchar a quienes reclaman por su legalidad con el fin de evitar más muertes de mujeres que abortan en la oscuridad.

También se dio espacio para la posición que repudia la iniciativa por entender que legalizar es darle vía libre a una práctica criminal contra el llamado “niño por nacer”. También se pusieron en crisis el concepto del inicio de la vida humana y si el embrión tiene categoría de persona. Transcurrió el segmento de las presiones denunciadas veladamente y hasta hubo un diputado mendocino que fue y volvió con su definición sobre el sentido de su voto, como si estuviera obligado a hacerlo.

Cada movimiento en los Pasos Perdidos del Congreso los días 13 y 14 de este mes fue cubierto y narrado por los medios para luego ser contado en las próximas páginas de esta versión de Edición U.

Cada palabra vertida está escrita e impresa aquí para entender que somos seres históricos y que los acontecimientos no son mecánicos, sino que los construimos de acuerdo con nuestros intereses y que los resultados son más trascendentes cuando el interés es colectivo. Así se tejió este entramado, que sostuvo aquella determinación política de Mauricio Macri y que nos dejó a los argentinos, como sociedad, en el umbral de un cambio que será importante en el porvenir.

Las entrevistas aquí desplegadas, los informes diseñados en este número, además de las opiniones esgrimidas en estas páginas, se vinculan entre sí para exponer todas las fases y las interacciones de una historia compartida. Quien elija leer estos textos podrá concluir en que hemos atravesado una definición de cómo queremos vivir de aquí en más.

El título de esta presentación periodística es una reminiscencia del ciclo televisivo de inicios de la década 80 del siglo pasado. Aquella producción de ficción unitaria dejaba un espacio para la reflexión que proponían los textos de la dupla Maestro y Vaimann. Se anticipaba 36 años a lo que venía, tras la guerra por Malvinas y la oxidada dictadura. Los argentinos tendríamos la tarea pendiente de superar nuestros miedos.

Así estamos saldando cuentas con nosotros mismos. Hablar del aborto como práctica era un tabú, las mujeres lo padecían y aún lo sufren. Poner en discusión la legalización de este problema de salud

Por eso, el lema feminista de los años 70, resurgido en estos últimos tramos, cobra más fuerza cuando todos –a favor o en contra– nos damos cuenta de que “lo personal es político”, ya que el aborto es una decisión común que cualquier mujer puede tomar por su condición social, económica y familiar.

De tabú a trending topic

A favor o en contra, nadie se quedó afuera de la discusión por el aborto legal, seguro y gratuito, un tema que se instaló en la opinión pública y modificó para siempre el paradigma del debate en la Argentina.