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21 DE NOVIEMBRE DE 2024
El Decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCUYO, Pedro Eliseo Esteves, fija posición sobre el debate del aborto legal que ahora está instalado en el Senado de la Nación.
Imagen de una de las jornadas de debate por la legalización del aborto. Este ocurrió en las comisiones de la Cámara de Diputados de la Nación. Foto Télam.
A lo largo de esta temporada dedicada intensivamente al tema aborto, puedo graficar lo vivido como el asistir a un drama que se despliega sobre un escenario en el que se debaten tres actores principales: la mujer gestante, el ser humano en crecimiento y los profesionales que deben actuar. Desde los alejados palcos opinan los juristas, los periodistas, la gente del espectáculo, los políticos, los académicos y las ideologías en pugna. La gente común está en la platea y su postura tiene que ver con la historia personal y familiar, pero sobre todo con qué valor dan a esa nueva vida que se anuncia.
Los médicos conocemos el tema desde lo vivido y sufrido sobre ese escenario y rescato el recuerdo de mujeres con abortos en curso, provocados o espontáneos, que llegaban a la guardia, donde como estudiantes nos confrontábamos con la urgencia de tener que salvar la vida de la mujer sangrante, para lo cual los jefes practicaban un “raspado”. Ese drama ha sido y seguirá siendo así de trágico para cada uno de los tres actores ya mencionados, sea el procedimiento legal o clandestino.
Desde los palcos se opina, disiente o fundamenta, mientras en el escenario cada uno se está jugando entero: la mujer con su decisión, el médico con su deseo de salvar toda la vida posible y el producto de la concepción, que crece en silencio. Y el común denominador es un quantum incalculable de sufrimiento humano. Por algo existe la objeción de conciencia y la necesidad de apoyo psicológico posterior a las mujeres.
¿Qué hemos ganado en este tiempo dedicado intensamente a un tema tan complejo y doloroso?
Para cada persona en la calle, ha quedado clara la certeza científica de que la vida comienza con la fecundación y la concepción, que el genoma se constituye en esas primeras horas y desde el mismo se puede desarrollar un ser humano completo, con una constitución genética original e irrepetible, y con plenitud de funciones vitales hacia el futuro cercano, como cada uno de los que estamos leyendo esta página. No es un "acumulo de células", ni un apéndice de la madre, ya que sus partes se encuentran integradas en una unidad con activas interacciones desde las primeras horas y días de vida, con clara autonomía inicial, y esta dinámica vital lo hace sujeto de derechos, en especial de la vida que hay que proteger.
Por otra parte, desde la medicina actual el feto es considerado un paciente, pues actuamos sobre él para prevenir malformaciones y diversas enfermedades, y para posibilitar luego el goce de una vida sana.
Otra enorme ganancia de la exhibición mediática de este drama es la de reconocer que la educación sexual, otrora denunciada y evitada, es más que indispensable para evitar caer en el aborto. Porque sabemos que lo que se les ofrece a los adolescentes es casi siempre –y en el mejor de los casos– un barniz poco útil, que no les deja espacios para reflexionar, pensar y decidir con responsabilidad. Creo que los adultos no hemos intentado siquiera que la gente joven escuche posturas diferentes, bien fundamentadas de este complicado tema que nos angustia.
Se ha dado también una convergencia de opiniones a fin de acabar con los abortos clandestinos, y es importante que se considere para ponerlo en el centro de las acciones, para que el Estado se haga cargo.
Además hemos aprendido que el aborto, aunque sea legal y en el hospital, no es una técnica simple y siempre segura, ya que como todo acto quirúrgico o tratamiento farmacológico, se puede complicar y causar la muerte de la mujer.
Pero quedan serios interrogantes, focalizando en las mujeres del escenario:
¿Los varones no tienen nada que decir? Porque pareciera que se mueven por detrás de la escena y en el momento de tomar la decisión crucial de abortar, se los deja de lado y se los libera de toda responsabilidad.
¿Es confiable la información que se nos hace llegar desde los palcos? Porque hoy, por ejemplo, las principales causas de mortalidad materna en el Hospital Lagomaggiore de Mendoza son la hipertensión arterial y las hemorragias, y no el aborto. Tampoco hemos escuchado detenidamente las opiniones de la gente común sobre el tema, mientras que nos hemos saturado de opiniones de "expertos".
También me pregunto quién se va a hacer cargo de la continuidad de los cuidados y la contención para la mujer que abortó, en especial si es una adolescente. Porque tenemos derecho a sospechar que, si después de las reglamentaciones para la educación sexual, estas se llevan a cabo de una manera parcial e inefectiva, con el aborto, ¿no podría pasar lo mismo?
Del mismo modo, ¿quién asume la salud mental de los colegas obstetras, enfermeras, anestesistas o instrumentistas, que de estar actuando ahora en la difícil misión de cuidar dos vidas al mismo tiempo, tendrán que pasar a eliminar una de ellas? Y, además, con la amenaza de recibir sanciones muy serias del Estado, tal como lo plantea la ley que ya tiene media sanción.
Finalmente, el despliegue desde los palcos de los fanatismos, con las agresiones y la discriminación de quien piensa distinto, así como los gritos exaltados y eufóricos de los que hemos sido testigos, ¿no son signos claros de que estamos siendo incapaces de tratar y comprender el tema en profundidad y por eso recurrimos a la vociferación y a la violencia? La magnitud del dolor que conlleva esta práctica ameritaría un debate sereno, aunque cueste ponerse de acuerdo. Para que la ampliación de derechos no se convierta en la amplificación del sufrimiento.
Creo que los argentinos nos movilizamos por eslóganes atractivos, como fue en los años 50 lo de "los únicos privilegiados son los niños", y sin embargo hoy más del 50 % de ellos crece en la pobreza de todo tipo. Nuestra sociedad, ¿está interesada seriamente en su educación y su promoción integral? Porque esto sí está en la base de lograr una sexualidad humana que, además de festiva, también se haga cargo de proteger la vida plena de todos los actores del escenario.
De tabú a trending topic
A favor o en contra, nadie se quedó afuera de la discusión por el aborto legal, seguro y gratuito, un tema que se instaló en la opinión pública y modificó para siempre el paradigma del debate en la Argentina.
universidad, edición u 29, aborto legal, pedro eliseo esteves,
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