Todos los años nacen cerca de 20 millones de niños que presentan bajo peso al nacer (BPN), bien como consecuencia de un parto prematuro o bien debido a anomalías en el crecimiento prenatal. La mayoría de estos niños nace en países poco desarrollados. En las sociedades prósperas, el principal factor causante del BPN es el nacimiento prematuro, mientras que en los países en desarollo, las altas tasas se deben al nacimiento prematuro y al retraso del crecimiento intrauterino. En estos últimos, a veces no se tiene acceso a la tecnología moderna o bien ésta no se puede utilizar adecuadamente, a menudo debido a la falta de personal capacitado.

En tales circunstancias resulta difícil dar cuidados adecuados a los bebés prematuros o con BPN. Son frecuentes la hipotermia y las infecciones intrahospitalarias, lo que viene a agravar los pobres resultados sanitarios derivados del nacimiento prematuro. Frecuente y, a menudo, innecesariamente, las incubadoras separan a los bebés de sus madres y les privan del necesario contacto.

El método madre canguro (MMC) constituye una técnica eficaz que permite cubrir las necesidades del bebé en materia de calor, lactancia materna, protección frente a infecciones, estimulación, seguridad y amor. Los primeros en presentarlo fueron los doctores Rey y Martínez en Bogotá, Colombia, donde se desarrolló como alternativa a los cuidados en incubadora brindados a recién nacidos prematuros que habían superado dificultades iniciales y que necesitaban únicamente alimentarse y crecer.

El método

El bebé se ubica en posición vertical entre los senos de la madre o el pecho de su padre (cualquier familiar puede cargar el bebé), con la cara de lado y los brazos y las piernas en posición de rana durante las 24 horas del día. Solo se debe sacar de la posición canguro para cambiarlo y mientras se lo alimenta. Durante la noche, el cuidador debe dormir en posición semi-sentada. Será el niño el que determine si quiere seguir siendo cargado en posición canguro o no. Si se siente incómodo, empezará a llorar o a rechazar la posición.

En principio, debe tener un gorrito permanentemente, para evitar la pérdida de calor, y llevar una batita sin mangas abierta al frente, pañal y medias.

Respecto de la higiene, no es necesario bañarlo, aunque sí limpiarlo con un algodón mojado con agua tibia cada vez que orine o haga deposiciones.

En cuanto a la alimentación, el método va acompañado de la lactancia materna. El bebé debe comer cada hora y media durante el día y cada dos horas durante la noche (aunque esto varía con la edad). No se pueden usar chupetes ni tetinas y si el médico receta un complemento (leche de fórmular), debe darse con gotero, jeringa, cucharita o vaso para no interferir con el desarrollo de los reflejos de succión del bebé.

Casi dos décadas de aplicación e investigación han dejado claro que el MMC constituye algo más que una alternativa a los cuidados en incubadora. Se ha puesto de manifiesto que el MMC repercute eficazmente en el control de la temperatura, la lactancia materna y el desarrollo de vínculos afectivos referidos a todos los neonatos, al margen de su entorno, peso, edad gestacional y situación clínica.