Ya son más de dos años los que han pasado desde que un grupo de médicos residentes denunciaron -ante el Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes- maltrato por parte de sus superiores. Y ya ha pasado un año y medio desde que un proyecto de ley para que estos profesionales puedan volver a rendir y especializarse está cajoneado en la Legislatura, con sanción inicial del Senado. Para estos médicos y médicas los tiempos corren y los plazos se acaban.

Fue en 2016 cuando un grupo de médicos residentes presentó una denuncia ante el Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes debido a que recibían golpes, baldazos de agua helada, “riñonazos” y prohibiciones de comer o de ir al baño en turnos de hasta 30 horas. El 19 de mayo de 2017, el Senado provincial dio sanción inicial -por unanimidad- a un proyecto de ley del entonces legislador de la Unión Cívica Radical (UCR) Eduardo Giner.

El mismo estipula que se extiendan los plazos desde el egreso de un médico hasta que se presente a hacer una residencia, además de poder presentar examen nuevamente en caso de que el profesional hubiese renunciado previamente. Sin embargo, un año y medio después, la iniciativa de Giner aún no ha sido aprobada por la Cámara de Diputados por demoras en el tratamiento en comisiones de Salud y Legislación y Asuntos Constitucionales (LAC).

Tanto tiempo ha transcurrido que el proyecto con sanción inicial, si se aprueba tal y como está, servirá para los futuros residentes que sufran agresiones y se vean obligados a renunciar; pero para los que ya pasaron por esa situación, sería letra muerta. Por tal motivo, este grupo que renunció a las residencias en hospitales públicos en la Provincia busca que se modifique la normativa aprobada por el Senado. Para que pueda aplicarse a ellos sin obstáculos, necesitan que esta modificación sea retroactiva y que se respete el orden de mérito del concurso de residencias en caso de abrirse nuevos cargos por parte de la cartera sanitaria.

El pasado nueve de octubre, esos mismos médicos presentaron -ante la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados- una nota para pedir que se acelere el tratamiento del expediente número 68265 con la firma de doscientos profesionales de la Salud que trabajan en varios hospitales de la provincia. Sin embargo, dicha comisión ya despachó el expediente a la de LAC, cuyo presidente es el radical Jorge Albarracín. El proyecto no ha avanzado en este mes (ni en los anteriores) porque se han centrado en trabajar el Código Procesal de Familia y Violencia Familiar, iniciativa presentada por el gobernador Alfredo Cornejo en julio de este año y que hoy obtuvo la sanción inicial en la Cámara Baja.

El problema es que si no se aprueba en lo que queda de 2018 esta iniciativa, que ayudaría a los médicos residentes, hay muchos y muchas de quienes renunciaron en 2016 producto de la violencia y de los abusos de autoridad por parte de sus superiores que ya no se podrían volver a presentar a rendir. Esto obligaría a que tuvieran que hacer residencias en otras provincias, mientras que en Mendoza es histórica la falta de médicos especializados.

La Ley de Residencias

Las residencias médicas son parte de las carreras y de los currículums de toda persona que estudia para ser profesionales de la salud, permiten optar por una especialidad en la que se quieran desempeñar en el futuro y están reguladas por la Ley Provincial N.º 7857.

Con la iniciativa que tiene sanción inicial en el Senado se busca modificar un artículo de esa legislación y permitir que los residentes que hayan renunciado por algún motivo a sus puestos puedan rendir examen. Ese proyecto también extiende los plazos para presentarse a realizar por primera vez una residencia de primer nivel.

Si bien esta flexibilización tiene un objetivo mucho más complejo, la principal intención es que aquellos residentes que renunciaron por maltratos por parte de sus superiores en los hospitales públicos de Mendoza puedan volver a presentar examen y tener la posibilidad de acceder a esas prácticas profesionales. No es casual sino causal que la iniciativa legislativa se haya aprobado en el Senado en mayo de 2017, un mes después de que trascendiera en los medios la situación en la que trabajaban los jóvenes médicos que debieron renunciar.

"Riñonazo", acusan los residentes en Mendoza

Siete profesionales renunciaron a sus prácticas por los padecimientos que sufrieron de manos de sus superiores. Denuncian golpes, retaceo de comida y recarga horaria. Qué dice el Gobierno.

Las modificaciones

La norma que regula las Residencias Médicas, en la actualidad, dispone –en su séptimo artículo– que un médico tiene hasta cinco años de egresado de la carrera para poder presentarse a examen y realizar una residencia de primer nivel, que dura entre tres y cinco años. En cuanto a las residencias de segundo nivel, se pueden presentar teniendo hasta nueve años transcurridos desde el egreso del o de la profesional.

En el expediente del cambio a la ley se propone que el plazo de las residencias de primer nivel se extienda hasta los siete años de egreso y que si un residente renunciare, pueda presentarse a rendir al año siguiente con el mismo cargo que ocupaba antes de renunciar. Si no, quedará inhabilitado para presentarse durante un período de un año y luego de ese plazo deberá reiniciar su residencia desde cero.

Pasado un año y medio desde el impulso de esa iniciativa, el grupo de profesionales que dijeron basta al maltrato de superiores necesita que se agreguen los ítems de retroactividad de la modificación y que se respete el orden de mérito.