Más de 1000 menores de 15 años fueron madres en una década en Mendoza

Según números oficiales, entre 2007 y 2017, el promedio de niñas y adolescentes que afrontaron un embarazo precoz por año es de 100. Especialistas estiman que, en muchos casos, las gestaciones son producto de violaciones que quedan tapadas. La importancia de la ESI.

Más de 1000 menores de 15 años fueron madres en una década en Mendoza

Foto: diarionorte.com

Sociedad

Unidiversidad

Zulema Usach

Publicado el 27 DE MARZO DE 2019

En los diez años que transcurrieron entre 2007 y 2017, 1078 niñas y adolescentes menores de 15 años afrontaron el complejo proceso del embarazo, parto y puerperio para lanzarse luego a la tarea ser madres. El dato aparece entre las estadísticas de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) e incluye las maternidades estatales y privadas de Mendoza, con base en la información brindada por el Departamento de Bioestadística del Ministerio de Salud de la provincia.

Del análisis cuantitativo de la última década surge que el promedio anual de partos en menores de 15 años es de 107, siendo 2014 el año con mayor cantidad de niñas madres: 130. Si bien a partir de allí la curva estadística –tomando solo como referencia esta franja de edad– declina con 97 partos en 2015, 78 al año siguiente y 65 en 2017 (últimas estadísticas publicadas), la realidad sigue siendo preocupante, no solo porque se plantea una vulneración a los derechos de la madre respecto de sus proyecciones futuras y los riesgos que existen para su salud e integridad física.

Lo que de hecho se visibiliza es que, en un alto porcentaje de los casos, se trata de violaciones que quedaron “tapadas” bajo el secreto familiar sin ser resueltas judicialmente por no existir denuncias. Esto se advierte sobre todo si se trata de niñas que se encuentran atravesando la etapa de la pubertad.

Es que si bien el Código Civil Argentino (en su última reforma) estableció que toda persona mayor de 13 años tiene la capacidad para decidir sobre su vida sexual, lo cierto es que el Código Penal Argentino considera al delito de estupro (antiguo concepto que define al abuso sexual y la violación) cometido por un adulto cuando la/el afectada/o es menor de 16 años.

Por ser la maternidad más importante de la región, el Hospital Luis Lagomaggiore es el centro donde recaen estos casos con mayor frecuencia. Ernesto Olcese, jefe del Departamento de Perinatología del nosocomio, da cuenta del profundo riesgo que las niñas presentan al sobrellevar un embarazo a edades tan cortas.

"El mayor problema desde el punto de vista físico se da porque en esta etapa no han completado su desarrollo físico y psicológico. Por otro lado, hay que decir que mientras menos es la edad de la mamá, es más probable que haya sido víctima de una violación", alerta el especialista, y aclara que el embarazo no deseado es de por sí una instancia que cambia por completo la realidad de la paciente.

A ello se suma, asegura Olcese, que en edades muy tempranas del desarrollo, el sistema óseo de la niña no está preparado para el parto, por lo que suele ser necesario practicar una cesárea. "Por otra parte, el bebé suele nacer con bajo peso y de manera prematura", agrega el experto. Aclara que, de hecho, el embarazo adolescente presenta un alto riesgo para la madre y su hijo/a.

Respecto de la situación en la que llegan las pacientes, Olcese indica que por lo general llegan acompañadas por sus padres, aún cuando han sido víctimas de abusos y violaciones por parte de un varón de su entorno intrafamiliar. 

 

Derechos afectados

Valentina Díaz, abogada y coordinadora del área de Derechos Humanos, Género y Cultura de la Secretaría de Bienestar Universitario de la UNCuyo, explicó a Unidiversidad que en estos casos existe una multiplicidad de derechos que le son vulnerados a la niña (menor de 13 años) o adolescente (de entre 13 y 14 años).

“Incluso los organismos internacionales consideran que un embarazo a esa edad es comparable con la tortura. No solo se pone en riesgo la vida de la niña o adolescente, sino que se afecta su integridad física y psicológica”, detalla Díaz, y menciona el derecho que les cabe a las víctimas de violación para que se cumpla el protocolo destinado a interrumpir los embarazos no deseados.

“Siempre se debe tomar la mejor decisión para las personas y escuchar lo que la niña o adolescente manifiesta. Es fundamental hablar con ella, escucharla”, reflexiona Díaz.

En un período de 10 años más de mil niñas han sido madres

Entre 2007 y 2017, 1.078 niñas y adolescentes menores de 15 años afrontaron el complejo proceso del embarazo, parto y puerperio para lanzarse luego a la tarea ser madres.

En tanto, para Dina Federman, abogada y psicóloga con largos años de experiencia en materia de Justicia de Familia, existe una profunda carencia de respuestas por parte del sistema judicial para responder de manera efectiva ante la existencia de casos de violaciones, que quedan naturalizadas y ocultadas.

“No se cumplen las penas para los abusadores y el tema se minimiza”, considera la letrada, y profundiza sobre la crisis de identidad que genera en una niña tan pequeña el hecho de enfrentarse a la maternidad. “La crianza del o la bebé suele recaer en la abuela, mientras que para la niña o adolescente se presentan obstáculos para, por ejemplo, seguir con sus estudios, desarrollar su vida social o trabajar”, ejemplifica Federman.

 

Solas y vulnerables

Entre las estadísticas de cada año analizado, otro aspecto que queda visibilizado es que la gran mayoría de las niñas y adolescentes menores de 15 años que han tenido al menos un/una hijo/a no cuentan con una pareja que las acompañe en el proceso.

La psiquiatra y psicóloga infanto-juvenil Sonia González Herrera aporta su mirada respecto de la problemática. ¿Está preparada una menor de 15 años para mantener relaciones sexuales? Herrera explica que todo depende de la madurez que tenga esa niña o adolescente. “Hay casos que sí y otros que no”, dice la especialista, y recuerda que, en la actualidad, la edad promedio de inicio en las relaciones sexuales es inclusive antes de los 14 años.

“De todos modos, es una realidad que cuando se produce un embarazo en la etapa de la pubertad, en la gran mayoría de los casos se trata de una violación”, asegura la psiquiatra especializada en infancia y juventud.

Desde su experiencia, Herrera destaca que, aunque no es imposible que una menor de esa edad pueda afrontar la maternidad, todo indica que en esta etapa de la vida no está preparada para ser madre. “Tiene mucho que ver con el apoyo que tenga por parte de su entorno. La escolarización en algunos casos se ve interrumpida, cuando en realidad no debería ser así”, indica, y aclara que en algunos sectores sociales aún se privilegia a la maternidad a cortas edades como un objetivo a alcanzar por encima de otros aspectos que intervienen en la proyección futura y el desarrollo personal.

 

Educación sexual y prevención

En ese sentido, la importancia de aplicar de manera correcta el acceso a la Educación Sexual Integral (ESI), haciendo hincapié en el autocuidado como también el reconocimiento de actitudes abusivas, es clave para evitar poner en riesgo a las niñas y adolescentes.

La temática fue abordada, justamente, en el XX Congreso Internacional de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto-Juvenil, que se realizó en Buenos Aires a fines del año pasado. Allí se analizaron las conclusiones de la encuesta “Hábitos sexuales y uso de anticonceptivos”, que contó con la opinión de mujeres jóvenes de América Latina de entre 18 y 21 años.

Entre las conclusiones de la encuesta, surgió que, en el país, al menos 3000 niñas menores de 15 años tienen un hijo/a cada año, en tanto que se estima que ocho de cada diez embarazos a esa edad no son intencionales. “Es imprescindible dar a conocer los diferentes métodos anticonceptivos disponibles para que puedan acceder a ellos”, plantearon los especialistas en esa oportunidad.

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