Economía Femini(s)ta analizó cuál es el gasto menstrual actual y por qué representa un factor de desigualdad. En su informe, la organización detalló que en toallitas y tampones, una persona gasta anualmente entre $ 2992 y $ 3925. Los aumentos de precios de estos productos van del 21 % al 32 % durante el último año.

Al no contar con informes que releven la estructura de consumo de productos de gestión menstrual, no se puede saber en qué proporción se consumen toallitas, tampones o copas menstruales, explicaron las realizadoras del estudio. A partir del programa Precios Claros, obtuvieron un total de 106 639 observaciones con precios de los productos de distintas marcas a lo largo del país.

Los datos revelaron que, en septiembre, el precio promedio por unidad de las toallitas fue de $ 10,46, y el de los tampones, $ 13,72. Teniendo en cuenta un promedio de 13 ciclos por año y la utilización de 22 productos por ciclo, el costo por año es de aproximadamente $ 2992 y $ 3925, respectivamente.

El costo anual de menstruar equivale entonces, por ejemplo, a lo que se percibe por Ayuda Escolar Anual ($ 2966). Desde #MenstruAcción, exigen la quita del IVA para todos los productos de gestión menstrual, su provisión gratuita en escuelas, cárceles, universidades, hospitales y otros espacios comunitarios, e investigación y elaboración de datos que permitan tomar decisiones tanto públicas como privadas.

En cuanto a la variación de precios de estos productos, Economía Femini(s)ta calculó, basándose en los datos del Índice de Precios al Consumidor del Indec, que las toallitas aumentaron el 21 %, y los tampones, el 32 % durante el último año, correspondiendo entre el 2 % y el 4 % al último semestre.

En mayo de 2020, las estimaciones de esta organización indicaron que el costo de menstruar era de $ 2930 por año y por persona en la compra de toallitas y de $ 3780 en el caso de uso de tampones. 

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Factor de desigualdad

Desde la campaña #MenstruAcción, sostienen que el gasto menstrual es otro factor de desigualdad, que se suma a la brecha salarial entre varones y mujeres (el 27 %) y la exposición a mayores niveles de informalidad laboral.

Economía Femini(s)ta, en su informe, señaló que, según una encuesta de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, más del 30 % no había recibido información antes de comenzar a menstruar, fenómeno que asciende a más del 40 % en el caso de las personas mayores de 50 años. Como fuente principal de información, aparecieron los medios web y las redes sociales por delante de profesionales de la salud o instituciones educativas.

Respecto de los costos económicos, en ese sondeo, el 67 % respondió que considera que los productos de gestión menstrual que utiliza son “caros o muy caros”, especialmente para quienes utilizan productos desechables. Un porcentaje similar afirmó haber tenido que modificar sus hábitos en el consumo de estos productos por dificultades económicas.

Casi la mitad de estas personas manifestó haber dejado de ir a la escuela o a la Facultad durante los días de sangrado, así como a eventos sociales y, en menor medida, reportaron haber tenido dificultades para cumplir con la jornada laboral (el 22,3 %). Entre los principales motivos, se destacaron los dolores o malestares físicos, la vergüenza y el temor a mancharse.

Sobre el rol que debería tener el Estado en el acceso y la provisión de recursos, el 95 % opinó que debe eliminarse el IVA a estos productos y el 96,2 % dijo que debe existir la provisión gratuita. Al mismo tiempo, 9 de cada 10 personas expresaron estar de acuerdo con que se incorpore a la menstruación como contenido educativo en el marco de la Educación Sexual Integral (ESI).

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