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19 DE DICIEMBRE DE 2024
Lo aseguró el investigador superior del Conicet, José Armando Boninsegna, quien consideró que es necesario pasar de las palabras a la acción porque las consecuencias del fenómeno se potenciarán.
Vistas del glaciar El Humo, en la cuenca del Río Atuel. La foto de la izquierda es de 1914, mientras que la de la derecha es de 1984. Brutal muestra del impacto del cambio climático en la masa de hielo.
Las lluvias cada vez más frecuentes en el llano, su reducción en la cordillera, las insoportables noches de 30 grados, el derretimiento de los glaciares, los inviernos menos fríos y las alteraciones en los ciclos de los caudales de los ríos. Estas son algunas de las consecuencias palpables en Mendoza del cambio climático, según el investigador superior del Conicet, José Armando Boninsegna. Y estos cambios –aseguró– castigarán con mayor crudeza a los que viven en situación de vulnerabilidad, simplemente porque no cuentan con los elementos tecnológicos para defenderse.
Este ingeniero agrónomo trabaja desde hace años junto a los investigadores del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla) en temas relacionados con el cambio climático, aunque él propone utilizar un concepto superador: cambio global, porque no se restringe al clima, sino que abarca todas las afectaciones que el hombre produce al medio ambiente.
El investigador explicó que el cambio comenzó con la Revolución Industrial, cuando el hombre inventó el motor a explosión y comenzó a producir energía quemando combustibles fósiles, básicamente carbón y petróleo. Esta acción libera dióxido de carbono, que se acumula en la atmósfera y genera un efecto invernadero, que es como si la Tierra tuviera una cubierta de vidrio. En consecuencia, aumenta la temperatura y la energía del sistema, lo que potencia los fenómenos climáticos extremos.
Boninsegna participará en el Foro sobre Cambio Climático: las expectativas frente a la COP21, organizado por la UNCUYO y el Sistema de Naciones Unidas para Argentina y Uruguay, que se realizará el 1.º y 2 de octubre en el Salón de Grados de la Facultad de Ciencias Económicas.
Contra los incrédulos
El mensaje del investigador es claro: es necesario que los Estados y los ciudadanos acuerden medidas concretas para mitigar los impactos del fenómeno, pero reconoció que este objetivo no es sencillo. La razón también es clara: la economía del mundo se basa en la quema de combustibles fósiles y cambiar la matriz energética es complicado y afecta muchos intereses.
La necesidad de pasar de las ideas a la acción es justamente lo que analizarán los representantes de Estados de todo el mundo, en la cumbre de cambio climático que se realizará en diciembre en París, Francia. El objetivo es que cada país fije su postura y realice propuestas.
Hay investigadores que plantean que el cambio se debe a un ciclo natural. ¿Cuál es su respuesta?
Aún entre los investigadores hay gente de pelajes distintos. No todos son puros y prístinos y se dedican a la ciencia. Hay también intereses muy fuertes, sobre todo de las compañías petroleras y de algunas sociedades muy industrializadas que no quieren saber nada con tener que bajar las emisiones de anhídrido carbónico. Entonces niegan el cambio climático, aunque hay que decir que otros investigadores lo hacen de buena fe. El sistema climático tiene una variabilidad natural, por eso dicen que son ciclos. Nosotros pensamos que hay que ver el largo plazo. Cuando uno estudia el holoceno (actual época geológica) se da cuenta de que ha habido ciclos en los que la temperatura bajó, después subió y volvió a bajar, ciclos que han marcado toda la historia del hombre, pero esos cambios han ocurrido durante miles de años, son lentos. Pero ahora estamos teniendo estos cambios en menos de cien años y ese es el problema. Por eso la atribución que hacemos al anhídrido carbónico: cuando aumenta en la atmósfera, la temperatura se dispara.
¿Cuánto pesan en estos cambios los factores naturales y cuánto la acción del hombre?
La acción del hombre pesa mucho, porque emite gases de efecto invernadero, no solamente anhídrido carbónico, también óxido nitroso, que es un gas que se produce porque estamos largando fertilizantes nitrogenados, y el metano.
¿Cuál es el impacto que tiene nuestra forma de vida, el consumo extremo o el crecimiento de la población mundial?
Todo tiene impacto, por eso prefiero hablar de cambio global, donde lo climático es sólo una parte, e incluyo todas las acciones antrópicas que contaminan el medio ambiente y que tenemos que corregir, porque las consecuencias son y van a ser cada vez más terribles. Y con esto me refiero a las acciones que no tienen efecto sobre el clima, pero sí sobre nuestra vida cotidiana: producimos una cantidad de basura inmensa, estamos deforestando para poner soja o trigo, estamos destruyendo el hábitat de muchas especies. Lo que necesitamos es educarnos para proteger el ambiente.
¿Cómo afecta el fenómeno a Mendoza?
Estamos en una región seca, es decir que nuestro oasis depende de que tengamos agua. Cuando uno mira la serie de precipitaciones, ve que está disminuyendo y el síntoma de eso es que los glaciares se están derritiendo. La retracción de los glaciares nos está indicando que hay disminución de la precipitación y un aumento de la temperatura.
¿Qué pasará con las lluvias en el llano?
La disminución de las precipitaciones se dará en la cordillera mientras que en el llano aumentarán. Si quiero adaptarme al cambio tengo que mirar la situación de manera global. No puedo mirar sólo la cordillera, tengo que mirar el oasis también, tengo que decir cómo hago para captar este agua que está cayendo en el verano, porque tengo un oasis que es 3 o 4 % de la superficie de toda la Provincia.
¿Qué otros cambios se producirán?
Al aumentar la temperatura, la nieve se funde y comienza a aumentar el caudal de los ríos. Si la nieve se derrite más rápido, el caudal del río crecerá antes, entonces no voy a tener el pico de caudal en enero, que es cuando lo necesito para regar, sino en noviembre. Necesito prever eso también.
¿Cómo afectarán estos cambios a los ciudadanos?
El fenómeno castiga a la sociedad en forma diferente. Los más vulnerables están más expuestos al cambio climático porque no tienen tecnología para defenderse. Te doy un ejemplo: si aumenta mucho la temperatura y tenés acceso limitado a la electricidad, no podés comprar un aire acondicionado, no tenés forma de enfriar tu casa, no podés mitigar los efectos. Lo mismo si no tenés agua u otros servicios, serás más vulnerable. Eso hay que tenerlo en cuenta y lograr mayor equidad.
Nuestro pequeño gran aporte
José Boninsegna está convencido de que los ciudadanos podemos hacer mucho para mitigar las consecuencias del cambio. Es fundamental educar a los adolescentes y a los niños en una cultura del cuidado del medio ambiente. El investigador enumeró las acciones que podemos poner en marcha: caminar y andar en bici, o, de lo contrario, optar por otros medios, como el transporte público; reducir la cantidad de basura que producimos, reciclarla y consumir sólo lo necesario. Boninsegna reconoció que este último objetivo es difícil, porque vivimos en una sociedad que nos recuerda que tener objetos es un símbolo de estatus.
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19 DE DICIEMBRE DE 2024
17 DE DICIEMBRE DE 2024