Los rasgos de personalidad del sacerdote Horacio Corbacho (59) son compatibles con los de un abusador. Así lo aseguró la psicóloga que lo evaluó, durante su testimonio en el juicio por presuntos abusos en el Instituto Próvolo.

Corbacho es uno de los acusados de abuso sexual y corrupción de menores, junto con el cura Nicola Corradi (83) y el jardinero Armando Gómez (49). Entre todos deben responder por 28 hechos.

Joven acusó al cura Corbacho de abusar y filmar a sus compañeras

Una testigo de identidad reservada acusó al sacerdote Horacio Corbacho (59) de abusar de sus compañeras del Próvolo, de golpearlas y de filmarlas. Además, aseguró que algunos de esos momentos los presenció la religiosa Kumiko Kosaka, imputada en otra causa.

Los querellantes Lucas Lecour y Oscar Barrera explicaron que la psicóloga del Equipo de Abordaje de Abuso Sexual (Edeaas) aseguró que los rasgos de personalidad de Corbacho son compatibles con las conductas que le fueron imputadas.

La profesional también brindó detalles sobre los rasgos característicos de personalidad del cura: narcisismo, prioridad de satisfacer solo sus propias necesidades y no tener en cuenta a la otra persona.

La psicóloga hizo la evaluación del hombre que está acusado de cometer 16 hechos de abuso sexual (tocamientos y violaciones) y corrupción de menores, todos agravados por su condición de ministro de culto.

El Tribunal escuchó también el testimonio de tres profesionales del Cuerpo Médico Forense que hicieron la evaluación física de varios de los denunciantes. En todos los casos, confirmaron que tenían lesiones físicas compatibles con abusos sexuales.

El padre de dos exalumnos dijo que lo amenazaron directivos del Próvolo

El padre de dos exalumnos del Instituto Próvolo dijo que las autoridades lo amenazaron cuando planteó algunas dudas y pidió explicaciones por comportamientos atípicos de sus hijos. Contó que le aseguraron que si hablaba, si decía algo que no correspondía, lo iba a denunciar y que incluso le preguntaron si su hijo era homosexual.

De Verona a Mendoza

Durante la audiencia, también testificó el sacerdote Rafael Ramón Amarilla, que quedó a cargo del Instituto de calle Boedo luego de la detención del cura Nicola Corradi.

Amarilla, que es oriundo de Misiones, contó que llegó al instituto de Luján de Cuyo en 2015 proveniente del colegio de Verona, en Italia, y que permaneció en la sede mendocina hasta 2017.

"Duele que me cuestionen porque creí que el Próvolo era lo mejor para mis hijos"

"Me duele que me cuestionen como mamá, porque pensé que el Próvolo era lo mejor para mis hijos. Fue tremendo hablar, pero estoy tranquila; ya hice el duelo, lloré mucho, ahora es el momento de que ellos den explicaciones".

De acuerdo al testimonio de los querellantes, el sacerdote aseguró que nunca supo de los abusos y que ningún exalumno se acercó para contarle que padeciera estos vejámenes. Además, explicó que, de acuerdo a directivas que le impartieron luego de las denuncias en Verona, los chicos y chicas eran acompañados por una maestra cada vez que se confesaban.

Aunque Amarilla se presentó ante el Tribunal como sacerdote, en 2017 el entonces arzobispo de Mendoza, Carlos María Franzini, le retiró las facultades ministeriales que le fueron concedidas el 18 de julio de 2014. Esto quedó plasmado en una nota que enviaron desde el Arzobispado de Mendoza al responsable de la Compañía de María para la Educación de los Sordos Mudos, Gustavo Ariel Chaparro, fechada el 7 de abril de 2017.

El sacerdote enfrenta una denuncia judicial, ya que se lo acusó de vender objetos del Próvolo (sábanas y cubrecamas) cuando estaba a cargo del lugar y ya existía una consigna policial en el predio. Es más: fueron los mismos uniformados que cumplían los turnos quienes advirtieron de esta situación y concretaron la denuncia.