La imagen pacífica que contiene el gesto sereno y sonriente de la periodista mendocina Marina Walker envuelta por los Papeles de Panamá en la tapa de esta versión de mayo de 2017 de Edición U trasciende el propósito de nuestro trabajo plasmado en estas páginas. A diez días de cumplirse 207 años de la aparición de la Gaceta de Buenos Aires, nos propusimos observar un aspecto tan antiguo como la primera publicación periodística argentina y que ya preocupaba a Mariano Moreno.

Quizás el periodismo haya fundado sus propias definiciones en estos entuertos producidos por el secretismo histórico. El ocultamiento de los hechos que son de interés público generó la necesidad de desentrañarlos para explicar las razones de estas maniobras. Por eso se dice escuetamente (como el mismo periodismo) que esta es una tarea que lleva en sí misma el factor de contrapoder.

Quienes ejercen el poder de distinta índole, al ocultar sus acciones, cuidan intereses mezquinos y contrarios a los colectivos que representan o de los que por contrato ejercen ese poder, por eso la frase de Simone de Beauvoir que le da paso a estas líneas. Concretamente, la imagen y las reflexiones de Walker, aquí publicadas como las de una periodista líder de una investigación global, como los Papeles de Panamá, a esta altura de nuestras propias historias nos darán “efecinco” (f5) en nuestros propios comandos personales para actualizar nuestros reclamos ciudadanos de enterarnos de lo que nos atañe desde el momento en que sufragamos y hasta que conocemos quién nos representará.

Además, como estas realidades son cada vez más complejas, no sólo los gobiernos convencionales movidos por el poder político de turno son blanco de esa observación, sino también los otros centros de poder, como las corporaciones económicas que traspasan las fronteras de las naciones y ejecutan sus acciones de modo privado, aunque incidan en el vivir común de muchas sociedades donde instalan redes de negocios, casi siempre en laberintos para el entendimiento general. Por eso, en estas páginas también se da espacio a experiencias saludables, como Gobierno Transparente de la UNCUYO, que pone en relieve las políticas útiles que actúan como acción de protección para el acceso a la información pública.

Con este panorama podemos acercarnos a algunas determinaciones: Que la función del periodismo es publicar lo oculto, siempre que sea de interés general.

Que la información pública es la que se publica y, claro, de manera fácil, legible, amigable. Una información encriptada en un archivo digital o agazapada en un expediente, por más que sea de “acceso público”, termina siendo datos clave para quien la escondió y busca sacar un rédito personal o corporativo.