Investigadores del Conicet descubrieron en las nacientes del río Diamante (centro-oeste de la provincia) los sitios incaicos más meridionales descubiertos hasta al momento en territorio argentino. En el lugar hallaron siete sitios con grabados rupestres y uno con estructuras arquitectónicas y cerámicas, que pueden asignarse al período de ocupación del imperio precolombino en la región.

Víctor Durán, arqueólogo, investigador y profesor, es quien actualmente lidera la investigación para poder analizar elementos encontrados de la antigua civilización incaica. En diálogo con Unidiversidad, el profesional explicó qué fue lo hallado, qué significado tiene para la provincia y cómo continúa el estudio científico que están llevando a cabo.

Para el experto, lo más significativo de todo esto es que hasta el momento se creía que la población incaica había llegado sólo hasta el río Mendoza. A partir de este descubrimiento, se tiene la certeza de que los incas ocuparon hasta la zona sur de Mendoza.

"Teníamos registros de ocupaciones humanas de unos 2.000 años de antigüedad en la zona de la cordillera limítrofe con Chile, más no en nuestra provincia. Los documentos en zona chilena nos abrió el camino para buscar registro aquí. Hace 20 días fuimos a la laguna en una campaña arqueológica y efectivamente se encontraron elementos incas, que habla de que tuvieron un control de la zona de la cordillera del lado argentino, no solamente comercial sino también que habitaron suelo argentino", comenzó diciendo Durán.

Relevamiento arqueológico de la figura serpentiforme. Foto: gentileza Víctor Durán.

Sobre el material hallado, el arqueólogo indicó que los incas habían tenido un control en la zona centro de la cordillera chilena, Valle del Maipo, el cual fue comprobado con archivos y documentos. “Ahora podemos confirmar que estuvieron también en la zona Sur de Mendoza porque hallamos cerámicas, artefactos realizados con obsidiana (roca volcánica) en muy buen estado y bloques de roca patinados que tienen grabados dibujos de serpientes, símbolos propios del arte rupestre inca".

Durán puntualizó que los Incas señalaban su territorio a través de monolitos o apachetas (montones de rocas apiladas). “Al llegar a un territorio, los incas dejaban monolitos (rocas sin patina y talladas) para demostrar que estaban ahí. A través de las apachetas y su grabado se pudo interpretar que los incas adoraban a 'Amaru', la serpiente mitológica que para nosotros sería la anaconda. Ellos entendían que esta deidad estaba relacionada con la creación, con la vida que trae los ríos a través del agua, de su cauce y la forma serpenteante. Además, entendían que las serpientes eran quienes advertían de los sismos al salir de sus escondites. Otros investigadores afirman que las representaciones en las rocas podrían ser de rayos en nombre de otro ser mítico 'Supura", quien también era adorado".

Monolitos o apachetas (montones de rocas apiladas).Foto: gentileza Víctor Duran.

Hallan en Mendoza los indicios de ocupación incaica más australes del país

Ciencia Unidiversidad por Fuente: Página oficial del Conicet / Publicado el 18 DE FEBRERO 2020 Investigadores del Conicet encontraron, en las nacientes del río Diamante, en el centro-oeste de la provincia de Mendoza, los sitios incaicos más meridionales descubiertos hasta al momento en territorio argentino.

La importancia Inca para Mendoza

Sobre lo valiosa que fue la Civilización Inca, Víctor Durán, expresó que en las primeras décadas del siglo XV d.C. los incas conquistaron el Valle Central Chileno y el noroeste y centro oeste de la provincia de Mendoza. “Su dominio de más de un siglo generó cambios importantes en los modos de vida de las sociedades locales. Estudios históricos y arqueológicos muestran que, en ambas vertientes de la Cordillera de los Andes, se aumentó durante este período la producción agrícola, a través de obras hidráulicas que permitieron un mejor manejo del agua, y también la ganadera de llamas, específicamente”.

“Se hicieron también explotaciones mineras de oro y cobre y se mejoró la capacidad de transportar bienes e información a través de una red de caminos que se conocía como Capac Ñam. Para mantener el control sobre las sociedades locales no sólo utilizaron la fuerza; impusieron también nuevas formas de organización social y creencias religiosas. El culto a los cerros o “apus” fue una de sus ceremonias más representativas, que incluía en ocasiones sacrificios humanos”, detalló Víctor.

Estructuras arquitectónicas con muros rectilíneos. Período inca. Foto: gentileza Víctor Durán, Investigador del CONICET.

¿Cómo continúa la investigación?

Para concluir, el investigador y líder de las excavaciones expresó que continuarán en el lugar con las excavaciones de los estratos, para así recuperar todo el material incaico que muestran su modo de vida. “Si bien esta labor se está realizando con la Dirección de Recursos Naturales Renovables del Gobierno de Mendoza, para colaborar en el armado de un Centro de Interpretación en el Área Natural Protegida Laguna del Diamante, esto da la posibilidad de que estos registros o áreas queden abiertos para que los visitantes puedan apreciar los elementos incaicos”.