En Mendoza hay cientos de brasileños habilitados para votar en las elecciones de su país. Si bien una gran cantidad de ellos y ellas expresaron temor y repudio a la candidatura de Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), también hay adhesiones.

De hecho, estas son mayoritarias: el 7 de octubre, 57 brasileños en Mendoza votaron a Jair Bolsonaro; Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), cosechó 18 votos. Como contracara a nuestra primera nota, desde Unidiversidad entrevistamos a dos ciudadanos brasileños que explican el porqué de su respaldo al exmilitar y actual diputado que corre con clara ventaja para ser el próximo presidente de Brasil.

“Lo apoyo porque veo en los debates y entrevistas que él sería un cambio para nuestro país, que Brasil necesita a alguien como él y que no tiene nada que esconder”. José Luís Costa Marino, quien habla, vive en Mendoza con su familia desde 2014.

Las promesas de Jair Bolsonaro que parecen calar hondo en sus electores son aquellas que tienen que ver con la defensa de los valores tradicionales. “Él prometió poner el Ejército en las calles para terminar con los traficantes, con la corrupción, y está contra el aborto y la legalización de la marihuana, a favor de la familia”, señaló Wanessa Brendler, residente brasileña y esposa de José Luís.

El peso del antipetismo

El discurso homofóbico, misógino y racista de quien es diputado federal desde hace 28 años no evita que encabece la intención de voto. En algunos casos, refleja lo que piensa una gran parte de la sociedad brasileña. En los que no comparten eso, influye más el descrédito en el que cayó el Partido de los Trabajadores (PT), envuelto en procesos de corrupción, con el impeachment a la expresidenta Dilma Rousseff y la prisión de su máximo referente, Lula da Silva.

“Cada uno tiene que tener su opinión. La única diferencia de Bolsonaro con muchos otros es que no hablan en la cara”, resaltó José Luís. El brasileño ve en el exmilitar un candidato que se aleja de lo políticamente correcto y que dice lo que muchos piensan, sin vueltas. Construyendo esa imagen, sin olvidar el rol de los medios de comunicación hegemónicos, el ultraderechista Bolsonaro se metió en el bolsillo a la parte más conservadora del país más grande de Sudamérica.

De hecho, según una investigación del diario El País de España, el candidato del PSL obtuvo hasta el 75 % de los votos en municipios de rentas medias o altas, pero no alcanzó ni el 25 % en muchas localidades pobres, que se mantuvieron fieles al candidato del PT, Fernando Haddad.

Wanessa (ama de casa) y José Luís (carpintero y albañil) viven en Mendoza y apoyan a Jair Bolsonaro.

“No hay uno que no esté sucio”

José Luís afirmó que nunca votó al Partido de los Trabajadores. En cambio, Wanessa dijo: “Yo sí voté un año al PT, pero han demostrado que no están capacitados para liderar nada. No hay uno que no esté sucio, es muy triste hablar de eso. Pero la realidad es que ya nos cansamos de ser estafados por el PT”.

Homofobia: “Es todo fantasía”

Wanessa señaló, sobre los dichos de Bolsonaro contra la comunidad homosexual, que “no es contra la homosexualidad, él está contra el kit gay que quieren imponer en las escuelas para niños de cinco años. Lo demás es todo fantasía”.

El "kit gay", en realidad, fue un proyecto promovido por Haddad en su gestión como ministro de Educación llamado “Escuela sin homofobia”, en el que se buscaba formar a los profesores en derechos LGTB+, la lucha contra la violencia, los prejuicios y el respeto a la diversidad entre los jóvenes y adolescentes. Dilma Rousseff lo vetó por presiones de la bancada de los evangélicos en el Parlamento brasileño. Bolsonaro lo cuestionó por “sexualizar a los niños” y “enseñar la ideología de género en las escuelas de Brasil”.

Antes de ingresar al Parlamento, Jair Bolsonaro integró el Ejército Brasileño. “Es mejor un exmilitar que un expresidiario como Lula da Silva (…) Es el único que siempre luchó por el país”, subrayó José Luís.

Wanessa señaló: “Es por culpa del gobierno petista que estamos acá en Argentina”. Migraron en busca de salud y seguridad, por un tratamiento médico que José Luís tenía que hacer y que no estaba disponible en su país. “Amamos nuestra vida acá”, señaló la mujer.