Este viernes se completan dos semanas desde que se suspendieron las clases presenciales en todos los establecimientos educativos de la provincia. Sin embargo, los estudiantes de todos los niveles han estado "asistiendo", en la medida que pueden, desde la virtualidad. Este cambio de escenario no ha sido fácil para nadie, pero hay una visión optimista de cara a los proximos días, dado que todo indica que la suspensión continuará. 

Desde la Dirección General de Escuelas (DGE) afirmaron que el sistema resulta efectivo y que se ha tornado un desafío para los docentes, que han sabido sortear muy bien.

“Podemos decir que la educación ha dado un giro de 180 °. En un muy poco tiempo pudimos armar un plan de enseñanza virtual que nos ha permitido acercarnos a los alumnos y a los padres. El acompañamiento es bueno, pero hay cosas que mejorar”, afirmó Silvina del Pópolo, directora de Planificación de la Calidad Educativa de la DGE.

Entre los factores a optimizar está la observación de la trayectoria de aprendizaje de los alumnos, es decir, evaluar si los contenidos que se les están brindando están siendo de utilidad para la enseñanza de los chicos.

Del Pópolo analizó además este nuevo sistema virtual y aseveró que no se volverá a la misma escuela, ya que la tecnología ha implicado una resignificación de vínculos entre padres, docentes y alumnos. “Se va a valorar más el trabajo del docente”, agregó.

En cuanto a los contenidos que se brindan, la directora asumió que, al comienzo de la modalidad virtual, la cantidad de material era abrumadora para los chicos, pero aseguró que a partir de ahora plantearán propuestas más relajadas.

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La pandemia por Coronavirus modificó los hábitos de consumo del mundo entero y la vida de las personas en general. En este sentido, aunque el gobierno nacional y la DGE confirmaron que las clases continuarán, la escolarización preocupa a padres, madres y estudiantes. Desde la UNCUYO explicaron que hasta fines de marzo la modalidad será virtual.

La labor de los docentes

Federico es profesor de historia de 1 ° y 3 ° año en un establecimiento privado secundario de Godoy Cruz. Advierte que el sistema de clases online ha sido útil para generar un acercamiento con los padres y los alumnos, pero asegura que a veces no todos los chicos tienen la posibilidad de acceder a la enseñanza a través de internet.

“A pesar de dar clases en un colegio privado, no todos mis alumnos tienen computadoras en casa. Si esto ocurre en un establecimiento como este, no me quiero imaginar la situación en escuelas más carenciadas. De todas maneras, los chicos se la rebuscan: algunos hacen la tarea a través del celular y me la mandan al whatsapp, otros al mail. Hasta ahora ha sido efectivo”, agregó.

Por otra parte, Antonella es maestra de un jardín maternal en Ciudad y confesó que con las propuestas elaboradas por la DGE, estos establecimientos no han sido abarcados por completo, por lo que cada institución adoptó sus propias metodologías de trabajo.  

“La directora y yo armamos una planificación para estas dos semanas de suspensión. A través de un grupo de whatsapp informamos a los padres sobre las tareas que deben hacer con los niños cada día. De este modo se genera un feedback y nos mandan fotos o videos de estas actividades”, explicó.

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La maestra afirmó que este sistema ha estado funcionando y los padres se sienten conformes. Recalcó, además, que la comunicación ha sido efectiva y se logra tener un seguimiento de los alumnos a pesar de la distancia.

“El trabajo de los docentes está menospreciado. Considero que esta etapa de virtualidad va a ayudar a que los padres valoren aún más nuestra labor. Las actividades que mandamos tienen una intencionalidad pedagógica que busca que los chicos sigan fortaleciendo vínculos y sigan adquiriendo saberes nuevos. Esta valoración nos la han manifestado, nos han agradecido y felicitado. Estaría bueno que se valorice aún más desde el sector de las autoridades”, finalizó refiriéndose a la paritaria docente.

Y los alumnos, ¿qué opinan?

Rocío es estudiante de 4 ° año en una escuela pública de Maipú y considera que el sistema es efectivo y funciona. Aseguró que la primera semana los abrumaron con actividades y no sabían por dónde empezar, pero que de a poco pudieron adaptarse y acostumbrarse a la metodología.

“A veces hay temas nuevos que no conocemos, pero nos facilitan el contenido a través de PDF o cuadernillos. Las clases on line están buenas, porque ganás tiempo y no te atrasás con las entregas”, afirmó.

Enzo es estudiante de 1 ° año en una escuela de Luján de Cuyo. Él recibe tareas a través de grupos de whatsapp y Google Classroom.

“Yo creo que sí funcionan las clases virtuales porque no nos atrasamos tanto. Lo negativo es que a veces nos piden tareas con fecha de entrega muy juntas y se nos complica o nos confundimos, pero el método está bueno. Nos hemos sabido adaptar”, afirmó.

Verónica es mamá de Candela, una niña de 9 años estudiante de 4 ° grado en una escuela privada de Ciudad. Si bien el establecimiento ya contaba con su plataforma virtual propia hace años, como padres han tenido que acomodarse a realizar todas las tareas a través de ella.

“Algunas tareas tenemos que imprimirlas, resolverlas y llevarlas al comienzo de las clases. Otras, hay que hacerlas directamente en la plataforma. El sistema nos gusta porque generamos mayor proximidad con los docentes, les comunicamos nuestras dudas e inquietudes y ellos están muy predispuestos en responder”, comentó.

Respecto a la motivación y la predisposición, Verónica asegura que tanto Candela como sus compañeros extrañan la presencialidad y compartir entre ellos. La plataforma que utilizan tiene un foro donde los niños pueden escribirse y mandarse mensajes. “La mayoría de las veces tengo que motivarla yo para que haga las tareas, me dice que extraña a sus compañeritos y todo el tiempo me pregunta cuándo volverán a la escuela”, concluyó.

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