La Dirección General de Escuelas (DGE) analiza la vuelta de las clases presenciales en Mendoza. Esta posibilidad se podría concretar recién después del receso invernal, y estará atada a una eventual medida dictada por el Ministerio de Educación nacional.

Ya con dos meses de clase suspendidas en la provincia, el Gobierno escolar está analizando un plan para un retorno a las escuelas que podría darse en agosto, aunque desde esa entidad prefirieron “no especular” con una fecha precisa por la situación cambiante provocada por la pandemia de coronavirus, según señalaron en declaraciones a El Sol.

El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, habló durante esta semana sobre la chance de que en algunas provincias —las menos afectadas por la COVID-19— se reanude el dictado de clases.

“Es posible que en algunos lugares se pueda comenzar con antelación, siempre con todos los cuidados necesarios para lo que implica transitar una pandemia”, afirmó Trotta a Radio el Destape.

Evalúan la vuelta a las aulas en las provincias menos afectadas por el coronavirus

En algunas provincias del país podrían volver las clases. Así lo anticipó el ministro de Educación, Nicolás Trotta, en diálogo con Radio El Destape. El funcionario aclaró que contemplan la posibilidad para aquellas provincias con menor circulación del coronavirus y que la decisión final será de cada escuela.

Desde la DGE aclararon que seguirán actuando según las recomendaciones de la Nación. Una vez que la cartera de Trotta lo disponga, y en caso de que en Mendoza las transmisiones sigan estando controladas, se procederá con la medida. Los detalles al respecto se brindarán recién entonces.

Desde el ente educativo dijeron que quienes tendrán prioridad a la hora de tomar la decisión final serán los especialistas en Epidemiología. “Los pedagogos pueden preguntar y sugerir acciones, pero todo va a estar supeditado a lo que digan los epidemiólogos”, detallaron desde la DGE.

Algunas de las modalidades que están en carpeta son un retorno progresivo, con días y horarios distintos para asegurar la mayor distancia posible entre estudiantes y minimizar las posibilidades de transmisión del virus. Otra posibilidad es la división de los cursos en dos, que permitiría que la mitad del alumnado asista en ciertos días, y la otra mitad, en otros.