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Las maestras y los vecinos de Johana Chacón y Soledad Olivera exigieron respuestas y compromiso a la Justicia, al Gobierno y a los ciudadanos para que las jóvenes aparezcan con vida. Pidieron que las instituciones asuman su responsabilidad.
Marcha al cumplirse un año de la desaparición de Johana Chacón y Soledad Olivera. Foto: Axel Lloret
Johana Chacón (14) y Soledad Olivera son mujeres desaparecidas en democracia. Solo el compromiso de sus maestras, sus compañeros y compañeras y sus vecinos de Tres de Mayo, en Lavalle, evitaron que se convirtieran en olvidadas en democracia.
Las mismas maestras que le dieron clases a Johana hasta que desapareció hace un año, el 4 de septiembre del 2012, son las que siguen enseñando a los tres hijos de Soledad, de la que nada se sabe desde el 18 de noviembre de 2011. Fueran esas mismas maestras, sus compañeros y compañeras, sus vecinos y un puñado de organizaciones y de ciudadanos que no miraron para otro lado, quienes anoche dieron otra batalla contra el olvido.
Homenajearon a las chicas que no están, exigieron respuestas y se comprometieron otra vez a seguir hasta encontrarlas vivas.
Las maestras y los vecinos de Tres de Mayo recorrieron ayer los casi cuarenta kilómetros que separan esa localidad del kilómetro 0 de la Ciudad de Mendoza. Ahí los esperaban integrantes de las organizaciones Mumalá y Pan y Rosas, y unos pocos dirigentes políticos, demasiado pocos.
Con la cara de las dos chicas como bandera, marcharon por las calles del centro e hicieron un acto frente a la Legislatura al cumplirse un año de la desaparición de Johana.
El video elaborado por las integrantes del programa de radio “Cuestión de Mujeres” rememoró en la voz de las maestras y los compañeros el día que desapareció Johana y los primeros pasos que dieron para buscarla. Y las mismas voces contaron cómo se enteraron de que hacía unos meses había desaparecido otra joven, Soledad, a la que solamente buscaba su familia.
Desde la noche en que se enteró de que Johana no volvió a la casa de la familia con la que vivía, la directora de la escuela Virgen del Rosario, Silvia Minoli, se puso al frente de la búsqueda y le hizo honor a la escuela pública. No se calló nunca, no se detuvo, no se amedrentó, golpeó puertas, habló con fiscales y ministros y sigue buscando junto a la comunidad hasta que las chicas aparezcan con vida.
Minoli habla claro, no le importa quedar bien. Desde el día que desapareció Johana recordó que la escuela pública tiene una responsabilidad frente a la desaparición de una alumna y de la mamá de tres de sus estudiantes, y que debe asumirla. Desde el primer día esperó que las autoridades de la Dirección General de Escuelas (DGE) las acompañaran, y siguen esperando.
La directora agradeció anoche a los que estuvieron siempre y a los que se sumaron: a las maestras, a los vecinos y a las autoridades que sí respondieron, como funcionarios del Ministerio de Gobierno y de la Dirección de Derechos Humanos. Y pidió compromiso a los que no lo asumieron: al Gobierno en su conjunto, para que tenga la voluntad política de dar respuestas, a los legisladores, a la Justicia, a las autoridades de la DGE, a los demás colegios y a los ciudadanos mendocinos para que abandonen la indiferencia, porque sus hijas, sus nietas, sus hermanas, sus madres, pueden ser Johana y Soledad.
Minoli también pidió repuestas a la Justicia. Reconoció que, desde que las causas pasaron a la Fiscalía de Delitos Complejos, se investigaron, y consideró un avance que hubiera un detenido por la desaparición de Soledad, Mariano Luque, quien está imputado por privación ilegítima de la libertad. Pero todavía faltan respuestas, falta encontrar vivas a las dos mujeres.
Los que participaron en la marcha también escucharon las palabras de Miriam Medina, la mamá de Sebastián Bordón, el adolescente asesinado por integrantes de la policía de Mendoza en 1997.
Con el conocimiento profundo de entender a quienes buscan a sus seres queridos, Miriam felicitó a las maestras y a la comunidad lavallina por su compromiso y reclamó acciones urgentes a la Justicia.
A la de Miriam se sumaron otras voces: de adolescentes, de jubilados, de legisladores, de integrantes de organizaciones sociales; todos pidieron respuestas y encontrar con vida a las chicas.
Johana Chacón y Soledad Olivera son mujeres desaparecidas en democracia, mujeres que le hacen falta a sus familias, a sus amigos, a sus maestras, a sus vecinos. Por eso, la comunidad de Tres de Mayo libró ayer otra batalla para que no sean olvidadas de la democracia. Exigieron a la Justicia y al Gobierno que asumieran su responsabilidad y pidieron compromiso a los ciudadanos, porque sus hijas, sus nietas, sus madres pueden ser Johana y Soledad.
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