La madre de Sebastián Bordón, asesinado por uniformados de la Policía de Mendoza, acompañó a la madre de Leonardo Rodríguez en la marcha que convocaron sus familiares para pedir Justicia por la muerte del joven en la Comisaría 27. La versión oficial dice que se suicidó, pero sus allegados creen que es otro caso de gatillo fácil.
Después de 18 años del asesinato de su hijo Sebastián Bordón a manos de uniformados de la Policía de Mendoza, su madre, Miriam Medina, sigue acompañando a otras mujeres que tienen la misma certeza: que a sus hijos los dañaron quienes debían cuidarlos y defenderlos. Medina marchó ayer junto a Cornelia Marilú Contreras, la madre de Leonardo Adolfo Rodríguez (30), quien fue detenido por averiguación de antecedentes el 16 de enero, trasladado a la Comisaría 27 de Godoy Cruz, donde apareció muerto en un calabozo porque, según la versión oficial, se ahorcó con su propia remera.
Las madres de Sebastián Bordón, de Leonardo Rodríguez y de Cristian Reyes (asesinado en 2006 por un efectivo policial mientras estaba esposado) se reunieron en la puerta de la Legislatura. Las acompañaron los vecinos del barrio Parque, donde vivía Leonardo con su familia, los amigos del chico y representantes de organismos que luchan contra la violencia institucional, cuyo objetivo es que nunca más exista un caso de gatillo fácil en el país.
Mendoza aún está lejos de lograr ese objetivo y los casos de Bordón (por el cual se descabezó a la cúpula policial y se gestó la reforma en seguridad), Jonathan Chandía, Lucas Carrasco, Cristian Reyes, son sólo una muestra de eso. Medina aseguró que falta mucho, que es necesario reestructurar y democratizar a la policía, para que proteja, para que cuide, para que no discrimine a los chicos de los barrios más humildes.
Medina, representante de la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional y la Lucha contra la impunidad, fue clara. Hizo responsables de la muerte de Leonardo Rodríguez a las autoridades de la Comisaría 27, al ministro de Seguridad, Leonardo Comperatore, y al de Justicia, Rodolfo Lafalla. Destacó que ahora era la Justicia la que debía dar respuestas a la familia del joven y a los ciudadanos.
Mientras los amigos de Leonardo pegaban carteles en la puerta de la Legislatura pidiendo justicia, su mamá y una de sus seis hermanas, Carolina, dijeron que no creían la versión de su suicidio, que el joven no era depresivo, que tenía muchos proyectos, que hacía trabajos de changarín, que era músico y que sólo buscaban justicia para que descansara en paz.
Carolina contó que su hermano (quien tenía una discapacidad) salió el 15 de enero a jugar al pool con unos amigos y que no supieron más de él hasta que una prima llegó corriendo a su casa, a decir que en el noticiero había escuchado acerca del suicidio de un chico llamado Leonardo en la Comisaría 27 de Godoy Cruz. Carolina la tranquilizó: "No te preocupes, no es mi hermano", le dijo.
Más tarde comprobó que era él y escuchó, de boca de la fiscal que intervino, que el joven había sido detenido por averiguación de antecedentes, trasladado a la Comisaría 27 y que en la madrugada un oficial lo encontró ahorcado con su propia remera en la celda, una versión que repitió horas más tarde el jefe de la Policía, Juan Carlos Caleri.
La familia de Leonardo no creyó en esa versión. Por eso buscaron ayuda y la mamá se presentó como querellante en la causa, con el patrocinio de tres profesionales de la Asociación Xumek: Lucas Lecour, Lautaro Cruciani y Francisco Machuca. Así iniciaron las marchas por el centro de la Ciudad para pedir justicia.
La de ayer fue una nueva convocatoria en la que los familiares y los amigos de Leonardo describieron al joven de 30 años como amable y pacífico, y recalcaron que algunos uniformados se habían ensañado con él, porque varias veces fue demorado por averiguación de antecedentes.
Frente a las puertas de la Legislatura, la madre de Sebastián Bordón dijo que los chicos no se suicidaban en las comisarías, sino que los mataban. La mamá, las hermanas y los hermanos de Leonardo agradecieron la presencia de las personas que participaron y les pidieron que los siguieran acompañando para que el caso no quedara impune.
Al grito de “Leonardo Rodríguez presente”, su madre, escoltada por las madres de otras víctimas y por sus vecinos, marchó por la Peatonal; siguieron por San Martín hasta Espejo y Patricias, desde donde retornaron a la Legislatura. En todo el trayecto, la consigna que entonaron fue la misma: “Justicia para Leonardo”.
La causa judicial
La causa por la muerte de Leonardo Rodríguez caratulada como averiguación de muerte está en manos del fiscal de Delitos Complejos, Daniel Carniello, quien hasta el momento recibió sólo un informe preliminar de la necropsia que le practicaron al cuerpo del joven los peritos del Cuerpo Médico Forense, por lo que esperará el informe final para determinar el curso de la investigación.
Lucas Leocur, uno de los abogados que representa a la madre del joven, explicó que pidieron el secuestro del libro de novedades y detenidos de la comisaría ya que, si bien el fiscal cuenta con copias, buscaban ver los originales para determinar si sufrieron alguna adulteración. También solicitaron el GPS de los móviles donde trasladaron al joven y las imágenes de la cámaras de seguridad del Corredor del Oeste y Paraguay, lugar donde fue detenido.
Los abogados de la familia también pidieron la realización de una necropsia psicológica, con la intención de determinar si el joven estaba depresivo. Lecour explicó que esta pericia reconstruía, a través de entrevistas a familiares y amigos, la vida de Leonardo y su estado psicológico.
Otra de las medidas que solicitaron los letrados al fiscal Carniello fue citar al médico que realizó la necropsia, para que explicara el trabajo que había realizado, acompañado por las fotos que se tomaron al cuerpo, ya que los familiares aseguraron que presentaba algunas lesiones.
Habeas corpus
Desde la muerte de Leonardo Rodríguez, los vecinos de Parque Sur denunciaron que la policía los amedrentaba en forma permanente; incluso se produjo un enfrentamiento luego de la primera marcha para pedir Justicia. La versión oficial fue que algunas personas ingresaron al edificio de Ecogás con la intención de robar computadoras, por lo que debieron actuar.
La versión de los vecinos es distinta. La hermana de Lucas, Carolina, contó que en su casa guardaban una bolsa de casquillos de las balas con las que les dispararon la noche que regresaban de la marcha.
Según los vecinos, la relación con los uniformados se tensó luego de que el sargento primero Antonio Cruz atropellara a tres adolescentes en la esquina de Talcahuano y San Vicente, de Godoy Cruz, mientras conducía a contramano y en estado de ebriedad. A raíz de las lesiones que sufrieron, días después fallecieron Tania Páez (17) y Lorena Castro (16), mientras que la tercera víctima, de 14 años, pudo recuperarse.
Cruz fue imputado y trasladado a la penitenciaría de Bolugne Sur Mer, pero los ánimos no se calmaron. Los vecinos denunciaron que, luego de la primera marcha para pedir el esclarecimiento de la muerte de Leonardo Rodríguez, los reprimieron.
A raíz de esta situación, el abogado Lucas Lecour comentó que habían presentado ante la Justicia un Habeas corpus preventivo, una especie de paraguas que protegía a los vecinos de la policía. Aunque el letrado reconoció que en la práctica la medida no tenía una gran incidencia, consideró que era un freno a la violencia ejercida contra los vecinos.