El procurador general de la Suprema Corte, Alejandro Gullé, perdió a uno de sus hombres de confianza: el fiscal adjunto en lo Penal, Fernando Alfredo Guzzo. Tras dos meses en el cargo, el titular de los fiscales aceptó la renuncia indeclinable de una persona de su máxima confianza, quien aseguró no poder cumplir con este nuevo rol y con las tareas que ya tenía como titular de la Sexta Fiscalía de la Cámara del Crimen.

La novedad respecto de la aceptación de la renuncia del fiscal adjunto en lo Penal fue confirmada por la oficina de prensa del Poder Judicial.

Guzzo presentó su renuncia indeclinable el 1.º de marzo. En el escrito destaca que sus razones son personales, ya que la nueva función le imposibilita participar en los debates orales como titular de la Sexta Fiscalía de la Cámara del Crimen. Aclara que es en esta última tarea en la que siente que puede realizar sus mejores aportes al servicio de la administración de Justicia.

Por medio de la resolución 147 del procurador, el cargo de fiscal adjunto en lo Penal que dejó vacante Guzzo será ocupado por distintos fiscales de cámara de la 1.ª Circunscripción, comenzando por la Séptima Fiscalía de Cámara en lo Criminal.
 

Dos meses en el cargo

Poco después de asumir como jefe de los fiscales, el procurador Gullé nombró dos fiscales adjuntos, tal como lo prevé la ley del Ministerio Público Fiscal (8911), una posibilidad que no llevó adelante su antecesor, Rodolfo González. Fue así como el procurador nombró a un fiscal adjunto en lo Penal, Fernando Guzzo, y a uno en lo Civil, Héctor Fragapane, quienes fueron su apoyo en la tarea de colaborar y controlar a quienes lideran las investigaciones.

Guzzo sólo fue fiscal adjunto por dos meses. Fue designado por resolución de la procuración el 17 de octubre de 2016 y prestó juramento ante los miembros de la Suprema Corte el 20 de diciembre.