Daniel Fernández, ingeniero, docente y decano de la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO, visitó los estudios de Radio U y allí repasó gran parte de la historia y la evolución de esa casa de estudios. También habló sobre los cambios de paradigma en el proceso de enseñanza y aprendizaje y de cómo la paridad de género, sin haber sido implementada formalmente en esa facultad, "se ha dado naturalmente en esta gestión".

"Si bien hay que revisar nuestro estatuto respecto de la composición de cargos electivos de acuerdo al género, hay que decir que en nuestra unidad académica, y en nuestra fórmula con Patricia Infante, vicedecana de esa facultad, hay paridad de género. En Ingeniería, nuestro Consejo Directivo tiene paridad de género: hay mitad de hombres y mitad de mujeres. Hay una alumna mujer de la carrera de Arquitectura que representa a los estudiantes en el Consejo Superior. La paridad de género se da en nuestra facultad naturalmente". 

Historia

Fernández recordó que la Facultad de Ingeniería y la UNCUYO nacieron prácticamente juntas. Edmundo Correas, como abogado, se había desempeñado en YPF. Conocía la riqueza del mundo del petróleo. Nació en 1940 el Instituto del Petróleo, que fue la génesis de esa facultad y el primer director fue Egidio Feruglio. En 1946 tuvo su primer egresado.

Luego se convirtió en Departamento, más tarde en Escuela Superior de Ingeniería y Combustible. La Ingeniería en Petróleo fue la única carrera que se sumó al predio universitario. En 1976 pasó de Facultad de Ingeniería en Petróleo a Facultad de Ingeniería a secas, y así fue ampliando su oferta académica dentro de la Ingenería.

En la actualidad, en las carreras de Ingenería, el 78 % de los graduados son varones y hay un 22 % de graduadas mujeres, explicó Fernández, aunque en la carrera de Arquitectura, que funciona dentro de esa casa de estudios, la mayoría de las egresadas son mujeres.

Enseñar diferente

Fernández también habló del cambio de paradigma educativo, en el cual el saber ahora se centra en la evolución de los estudiantes y no solo en las planillas institucionales que hay que llenar a nivel académico. "Ahora hay que tener la flexibilidad suficiente para adaptarnos a ese proceso de aprendizaje", remarcó el decano.

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