Es mendocino y diseñó un robot para explorar Marte

Marcos (22) estudia en la UNCUYO y aportó su propio invento para la investigación en el planeta rojo. Inspirado por la ciencia ficción y admirador de Elon Musk, sueña con que la humanidad llegue a las tierras marcianas.

Es mendocino y diseñó un robot para explorar Marte

Foto: Marcelo Fernández

Ciencia

Unidiversidad

Mariano Rivas

Publicado el 23 DE NOVIEMBRE DE 2018

Marcos Bruno tiene solamente 22 años, pero su vasto currículum parece desmentirlo. Es estudiante de Ingeniería Mecatrónica en la Universidad de Cuyo. En 2016 viajó a Utah, Estados Unidos, con un proyecto de robótica. Lo invitó la Mars Society, una organización sin fines de lucro dedicada a promover la exploración en Marte.

Allí, vivió dos semanas como un astronauta. Esto incluyó el protocolo completo, consumiendo la comida correspondiente, usando trajes espaciales. En concreto, una simulación total de lo que sería la vida en el planeta marciano.

“El que yo diseñé sirve específicamente para el transporte e instalación de instrumental y carga en Marte”, señaló. Es un robot de tipo “rover”, lo que significa que tiene cuatro ruedas. Estaba inspirado en (y mejoraba) el módulo DAM, diseñado por integrantes de la Mars Society.

“Los resultados fueron exitosos, se hizo la publicación científica y ya quedó el paper de cómo fueron los resultados, de cómo fue la metodología (...) Ahora yo sigo un trabajo más teórico, no tan de campo”, manifestó el estudiante de Ingeniería Mecatrónica. Su trabajo es público, por lo que alguien de la NASA o cualquier persona puede acceder a la información y utilizarlo para sus propios proyectos.

“Podríamos estar en Marte hace décadas”

En 2020, la NASA enviará al planeta rojo el Rover 2020, que no es el primer “laboratorio con patas”, como lo llama Marcos informalmente. Ya hubo otros: el Curiosity y el Opportunity son otros ejemplos. Pero la pregunta que surge es cuándo podremos, como especie, pisar esa tierra inexplorada, como ya se logró en 1969 con la Luna.

Para Marcos, la respuesta es simple: “Si el interés político hubiese estado, podríamos estar en Marte hace décadas”.

“Vos pensá —agrega el joven— que un control remoto tiene más poder de cómputo que la computadora de los cohetes que nos llevaron. Si pudimos hacer semejante hazaña, que para mí es la más grande de la historia de la humanidad, con cosas del 69, tranquilamente podríamos haber ido a Marte hace décadas”.

“Por mí, salgamos mañana, y yo me subo, de paso”. Como conclusión, el estudiante opinó que los pronósticos que hablan de llegar a Marte dentro de la próxima década son “muy optimistas”, y que no cree que pueda ser tan pronto.

Una pasión nacida de la mano de Julio Verne y Marty McFly

Cuando era chico, Marcos creció leyendo y viendo historias de ciencia ficción. “Me voló la peluca”, afirma con nostalgia el joven científico. Lejos de ser un juego para niños, este género muchas veces desprestigiado le despertó el interés por la ciencia, “primero en el plano de la ficción, y luego en el de la ciencia real”, asegura.

“Tengo muchos libros de Julio Verne”, manifestó Marcos, y entre ellos destacó Viaje al centro de la Tierra (1864). Otra de sus pasiones es Volver al Futuro (Robert Zemeckis, 1985), de la que subrayó como una genialidad “el hecho de que haya introducido ese nivel de paradoja y ese nivel de disonancia espacio-temporal en el público general”.

Su referente es Elon Musk, un físico y multimillonario fundador, entre muchas otras empresas, de Tesla Motors y SpaceX. Esta última se dedica a diseñar, fabricar y lanzar cohetes y naves espaciales. Marcos la visitó, y estuvo cerca de coincidir con el magnate al que llaman “el Tony Stark de la vida real”.

“Le dije a un empleado que es amigo mío ‘si me logras conseguir una juntada con él, yo pongo las birras'. Y le habló y al final creo que estaba en Sudáfrica. Pero mi sueño era charlar con ese tipo, es mi ídolo máximo humano”. Con 22 años y una mochila ya repleta de experiencias, la ilusión no se la quita nadie.

 

sociedad, marcos bruno, marte, robot, nasa, ciencia ficción,