Anualmente se registran 33 muertes maternas en adolescentes, lo que representa el 13 % de los fallecimientos en mujeres gestantes. Así ocurrió en los últimos seis años, según un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) realizado en Argentina. El principal motivo de estos casos es el embarazo terminado en aborto. Además, el estudio analizó cómo esto se traduce en inequidad social y de género, y afecta la trayectoria de vida de las madres.

El estudio Consecuencias Socioeconómicas del Embarazo en la Adolescencia en la Argentina reveló que una proporción cada vez mayor de nacimientos corresponden a madres adolescentes y que la maternidad temprana no solo resulta perjudicial para el desarrollo económico, sino que se traduce en inequidades que comprometen el cumplimiento de los derechos humanos.

De acuerdo al informe, en los últimos seis años se registraron 33 muertes maternas en niñas entre 10 y 19 años por causas relacionadas con el embarazo, parto o puerperio.

La mayor parte de esas muertes ocurrió por causas directamente relacionadas con la gestación: embarazo terminado en aborto y causas obstétricas directas. Entre estas, las más frecuentes fueron atribuibles a trastornos hipertensivos, edema y proteinuria.

Los datos indicaron que las complicaciones asociadas al embarazo y los abortos en condiciones de riesgo son las causas principales de muerte entre adolescentes de 15 a 19 años, lo que representa el 13 % de los fallecimientos maternos totales del período.

Otro aspecto importante es que las gestaciones en la adolescencia conllevan mayores riesgos para la salud de los y las recién nacidas. La tasa de mortalidad infantil resulta más frecuente en los hijos e hijas de madres adolescentes que en el resto (exceptuando las mujeres de más de 45 años), dice el informe presentado por el ministro de Salud, Ginés González García; la directora nacional de Salud Sexual y Reproductiva, Valeria Isla, y Federico Tobar, integrante de la oficina para América Latina y el Caribe de Unfpa.

Consecuencias educativas, económicas y laborales

El estudio compara las trayectorias laborales y educativas de las mujeres que tuvieron una/un hija/o en edad temprana (entre 15 y 19 años) con quienes lo hicieron en edad adulta (entre los 20 y 29 años), mostrando una asociación negativa entre el embarazo en la adolescencia, la permanencia en la escuela y la terminalidad educativa.

Las mujeres que tienen un/una hijo/a en la adolescencia y experimentan tempranamente la maternidad alcanzan un menor nivel educativo: el 57 % tiene solo estudios primarios y únicamente el 38 % de ellas alcanza a completar la escuela secundaria. Esto tiene un impacto negativo sobre sus trayectorias de vida y las de sus familias al disminuir las posibilidades de generar ingresos más altos a lo largo de su vida productiva.

En cuanto al empleo, en Argentina se estima que la probabilidad de que una mujer sea laboralmente inactiva durante la primera década de su vida adulta es mayor en el 25 % si tuvo su primer hijo o hija en la adolescencia. A la vez, si tiene un empleo, su remuneración será el 22,6 % más baja que la percibida por las mujeres que “postergaron” su maternidad.

Además, se ven más afectadas por el desempleo: las madres adolescentes registran niveles de desempleo mayores en el 21,4 % que las adultas.

Lo que gasta el Estado

La investigación dice que el Estado invierte $ 5320 millones anuales en atención médica de embarazos de adolescentes, algo que podría ahorrarse con prevención, sugiere el estudio, ya que 7 de cada 10 embarazos de chicas de entre 15 y 19 años no son intencionales.

Además, los fallecimientos evitables implican una pérdida económica para la sociedad equivalente a $ 181,8 millones al año, derivada de los 1470 años de vida productiva de estas adolescentes muertas por causas relacionadas con su embarazo. El análisis aportó que, anualmente, las madres menores de 18 años tienen una pérdida social estimada en $ 21 512 millones, ya que sus oportunidades laborales disminuyen y son menores comparadas con las de las mujeres madres adultas.

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