En CABA y en Mendoza se abrieron frentes para resistir al avance del impuesto al vino que quiere aplicar Mauricio Macri a través del plan de reforma impositiva que se presentó entre el lunes y martes.

Por un lado el jefe de Gabinete Marcos Peña en su última rendición del año ante el Senado tuvo que justificar la decisión presidencial ante la recriminación de los legisladores de Mendoza y San Juan.

Lo consigna así el sitio especializado Parlamentario: “La mendocina Anabel Fernández Sagasti y el sanjuanino Ruperto Godoy encabezaron las críticas por el gravamen a los vinos y sidras, que tendrán una alícuota de hasta el 10% -hoy no tributan nada-. Para las bebidas espumantes y el champagne, que tampoco pagan, el impuesto será de hasta el 17% (…). ‘Le mintieron en la cara a la industria vitivinícola, a los productores, porque hace unos meses les negaron estar pensando en un impuesto al sector’, bramó Fernández Sagasti, quien exigió dar marcha atrás con ese plan. ‘El vino es parte de la tradición y la cultura de todos los argentinos, y con este impuestazo el vino pasa de ser una bebida nacional a ser una bebida perjudicial para la salud’, lamentó”, detalla la publicación.

El legislador sanjuanino se hizo eco de lo que ya se instaló entre los productores de la región. “Los costos se los van a transferir al productor” advirtió y por otro lado le mandó un mensaje a Peña: “Si se habla de consenso y de diálogo, tienen que conversar con los gobernadores y los distintos sectores (…) la industria del vino, en el caso de San Juan es representativa”.

En tanto, los referentes del sector siguieron con su lobby dentro del gobierno mendocino para encarar una gestión a favor del sector antes de que el proyecto llegue al Congreso. La idea reflejada esta mañana en Radio Nihuil por Sergio Villanueva de la Unión Vitivinícola Argentina está dirigida hacia convencer al Ejecutivo Nacional a que terminará perjudicándolo por los efectos negativos que producirán los dichos de los ministros de Hacienda y el mismo jefe de Gabinete que han dicho directamente que el vino es perjudicial para la salud ya que está declarado como “bebida nacional” y como tal ha logrado tener “cero” en la alícuota impositiva. Es una verdadera contradicción oficial, a no ser que la administración Macri no se vea representada en esa calificación concedida durante el gobierno de Cristina Fernández.

Alfredo Cornejo, que siente la incomodidad política que le produce el caso, se reunió anoche en el Cuarto Piso de Casa de Gobierno con los representantes vitivinícolas para pergeñar una estrategia y así lograr modificar el proyecto oficial. Habló al final de la reunión Martín Kerchner. Estas son sus argumentaciones:  

“La idea es seguir trabajando con todo el sector y con San Juan para poder mostrarle al Gobierno nacional todo lo que se está haciendo y demostrar así la importancia que tiene la industria en la economía regional”.

“El proyecto aún no esté firmado. El jefe de gabinete dijo estar dispuesto al debate, lo que demuestra que es un gobierno que escucha”.

“El Gobernador está a la cabeza del tema. El sector plantea que sea tasa 0%, vamos a tratar que sea lo menos posible. Queremos sacar la parte positiva de todo este gran paquete. La prioridad es Mendoza”.

Por el lado de los productores José Zuccardi, presidente de la Unión Vitivinícola Argentina fue el vocero y esto se rescata por escrito de sus declaraciones: “Lo más importante de esto es que estamos todos de acuerdo en la discusión de que es muy importante diferenciar al vino como una bebida que no está asociada a cuestiones negativas”.