El Papa Francisco volvió a pedir perdón a las víctimas de abuso sexual eclesiástico y reiteró su determinación para que se haga Justicia. Fue durante su visita a Irlanda, que concluyó el domingo 26.

Pese al pedido de perdón y a la reunión que tuvo con algunas de las víctimas irlandesas que sufrieron abusos sexuales por parte de miembros del clero, el Papa fue criticado por no poner en marcha medida concretas contra este delito que afecta a miles de personas y a sus familias en todo el mundo. En uno de los encuentros que el Pontífice mantuvo con los feligreses, dijo sentir “vergüenza” por los crímenes perpetrados por curas y monjas en el siglo pasado y reforzó su determinación de seguir actuando para que esto “nunca más suceda”.

"Ayer estuve reunido con ocho personas sobrevivientes de abuso de poder, de conciencia y sexuales. Recogiendo lo que ellos me han dicho, quisiera poner delante de la misericordia del Señor estos crímenes y pedir perdón por ellos. Pedimos perdón por los abusos en Irlanda, abusos de poder y de conciencia, abusos sexuales por parte de miembros cualificados de la Iglesia", fueron las palabras de Francisco que reprodujo el matutino porteño La Nación.

El pedido de perdón del Pontífice continuó: "Pedimos perdón por los casos de explotación laboral a los que fueron sometidos tantos menores, por las veces que como Iglesia no hemos mirado a los sobrevivientes de cualquier tipo de abuso con compasión, con búsqueda de justicia y verdad, con acciones concretas. Pedimos perdón por algunos miembros de las jerarquías que no se hicieron cargo de estas situaciones dolorosas y guardaron silencio", dijo el Papa.

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El jefe de la Iglesia católica admitió de, entre otros, monseñor Juan Barros por sus vínculos con el escándalo de pedofilia que salpicó al clero local.

Reclamo de las víctimas

Miles de irlandeses y de fieles de todo el mundo participaron del Encuentro Mundial de la Familia que se concretó en Irlanda y, especialmente, del acto que se realizó en el Parque Phoenix, donde escucharon el mea culpa de Francisco.

Pese a los dichos del Papa, la herida por los abusos sexuales cometidos contra niños y niñas siguen abiertas en la sociedad irlandesa. Tanto que mientras el Papa celebraba misa, en el centro de Dublín se concretó una manifestación contra su visita y su falta de respuestas concretas a las víctimas. Entre las participantes de ese encuentro se destacó Marie Collins, la exintegrante de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, quien renunció a ese lugar al asegurar que no existía voluntad por parte de la Iglesia Católica de concretar cambios de fondo que permitieran castigar a los abusadores.

Justamente, fue Collins quien dijo a los medios de comunicación que estaba “decepcionada” por la visita del Papa por entender que su mensaje fue “más de lo mismo”, porque no significa cambios concretos en la estructura puertas adentro de la Iglesia y, a su entender, permite que los sacerdotes abusadores y sus encubridores continúen impunes.