Sin darle especial importancia y camuflada en medio de las otras medidas para mejorar la seguridad que el gobierno enviará a partir de hoy a la Legislatura, el presidente de la Cámara de Diputados, Néstor Parés, anunció que se vendrían cambios en la ley 6722.

Esta legislación, sancionada en 1998 después del levantamiento de la policía que provocó un profundo cambio en su estructura, fue uno de los mayores logros del gobierno de Arturo Lafalla (PJ). Desde ese momento funciona como la legislación que le da un marco de operatividad a la carrera policial.

Si bien Parés brindó algunos detalles menores de las modificaciones que se vendrían, dejó entrever que uno de los cambios tendría que ver con la necesidad de rejerarquizar algunos sectores de la fuerza, para darle mayor verticalidad. Consultados acerca de este aspecto, desde el Ministerio de Seguridad advirtieron que es una de las primeras reformas profundas de esta ley, inmutable desde hace 18 años, aunque la realidad actual sea muy diferente a la que se vivía en esa época.

El principal cambio al que apunta la ley es el de darle la oportunidad a los auxiliares –que conforman el 70 % del total de la fuerza y son los más desprofesionalizados– de hacer carrera dentro de su rango. Actualmente, ese privilegio lo tienen los oficiales, que han completado la tecnicatura de dos años en el Instituto Provincial de Seguridad Pública e incluso tienen la posibilidad de ir por la licenciatura. Estos son los oficiales y son los que acceden a rangos superiores.

En cambio, los auxiliares pasaban a formar parte del cuerpo de policías con sólo aprobar un curso de seis meses, no necesitaban el secundario completo, ni una edad mínima de 30 años. Algunos incluso hacían la capacitación y al completar los trámites de ingreso, se descubría que poseían antecedes penales.

Eso fue hasta ahora. Lo que buscan es jerarquizar este sector de la policía, porque son muchos los agentes que se encuentran en el peldaño más bajo del escalafón y esto tira para abajo la totalidad de la profesionalización del servicio.

Lo que se hará es crear tres niveles más dentro de los auxiliares, a los que el policía accederá si estudia y si gana una cantidad de puntaje por servicios a la comunidad, así como podrá perder puntaje si comete alguna irregularidad que merezca sanciones. En cuanto a los oficiales, también se agrega un rango más.
 

El papel de la oposición

Parés aseguró que todavía no ha hablado con los bloques opositores (FpV  y FIT), pero que tienen muy buen diálogo con ellos y que pretende llegar a un acuerdo. El punto es que desde el lunes se mezcla todo dentro del FpV. Por un lado, la caída de muchísimos contratos en el sector público de personas que habían ingresado durante la gestión de Francisco Pérez; por otro, la falta de convocatoria para estudiar esta reforma e incluso hacer aportes antes de que llegara al recinto.

En definitiva, no es el momento ideal en la relación entre el actual gobierno y el partido más fuerte de la oposición.  Aunque Parés ya advirtió que ellos pueden sesionar e incluso tratar los proyectos sin necesidad del sí del FpV, advirtió que esta no es la idea, sino que lo que se quiere es consensuar. Ahora se está a la expectativa de ver lo que sucede cuando el texto llegue al recinto.