Este lunes 12 de septiembre, por medio de un comunicado oficial, la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), a través de Facundo Biffi, su director, anunció que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) disminuyó en 1,2 puntos porcentuales, lo cual dejó al acumulado desde abril en el 8,2 %. La dirección dependiente del Ministerio de Economía, Infraestructura y Energía detalló que las caídas más significativas se registraron en los rubros: Vivienda y servicios básicos, con el -14 %, Indumentaria, con el -1,6 %, y Transportes y comunicaciones, con el -0,6 %.

El porqué de estos descensos fue detallado por Biffi, quien dijo que “la incidencia está dada por la decisión de la Corte de frenar el aumento de las tarifas, en el primer caso; en la extensión de las liquidaciones de fin de temporada, con respecto a la indumentaria, y las promociones en servicios de conexión a internet, en el caso del rubro tTransportes y comunicaciones”.

Además, el titular agregó que rubros como los Servicios de salud, Esparcimiento y Alimentos y bebidas también arrojaron porcentajes en baja.

En Mendoza, el IPC dejó de medirse en 2012 y se retomó en abril de 2016. Si bien muchas veces se utiliza como sinónimo de costo de vida, no es lo mismo. Según el Indec, el IPC es un “indicador que mide la evolución promedio de los precios de un conjunto de bienes y servicios representativos del gasto de consumo de los hogares residentes en un área determinada”. En castellano: cuando el índice sube, el poder de compra del dinero en función de los precios baja; cuando el índice baja, el poder de compra del dinero en relación con los precios sube.

Ahora, muchos medios titularon la noticia "Deflación en Mendoza" (y todas sus posibles variantes), apoyados en el comunicado de prensa del Gobierno provincial que juzga esta disminución del Índice de Precios al Consumidor como una desaceleración inflacionaria. Si bien el concepto de desaceleración inflacionaria no se encuentra en ningún diccionario económico financiero, el comunicado de prensa del ministerio local hace referencia a una reducción de los precios al consumidor, lo que podría ser entendido por la sociedad como una reducción de la inflación, que crece sin dar respiro desde principios de año.

Por su parte, la deflación hace referencia a un fenómeno diferente; según el FMI, la deflación, si bien es definida por una caída en el IPC (así como de otros medidores del valor agregado de los precios), debe también darse de manera sostenida, general (no sólo en sectores puntuales) y enraizarse en un exceso de la demanda, condiciones que no se cumplirían en el caso mendocino.

En el caso de la caída del IPC local, y según las palabras del director de la DEIE, las bajas se apoyan principalmente sobre el freno al tarifazo y las ofertas por cambio de temporada en indumentaria, ambos factores circunstanciales.

Así, la baja del 1,2 % del IPC en Mendoza quiere decir que, en ciertos rubros, el poder del dinero del sueldo de una persona o sus ahorros aumenta, pero si esto está dado por factores circunstanciales (como un fallo que traba momentáneamente los aumentos de servicios o descuentos por cambio de temporada), no se puede afirmar con total certeza que la inflación esté retrocediendo o que estemos en un contexto deflacionario, lo cual tampoco sería un motivo de celebración para la economía nacional.