Un hormiguero de cascos amarillos dio toda la impresión de reactivación fabril. Fue como un síntoma de resurgimiento. La fiebre empresaria empezaba a subir en la nave de Enrique Pescarmona. La idea de una actividad productiva que señalara movimiento de crecimiento siempre fue descripta por Alfredo Cornejo durante su campaña cuando hablaba de la caída del holding con raíz mendocina y esa debacle la tomaba como una representación concreta de la desidia kirchnerista en Mendoza.

Con ese escenario, este 21 de julio se presentó la nueva nave para la fabricación de aerogeneradores en la planta de Impsa Mendoza ubicada en Godoy Cruz. Esta, es la última camada de máquinas especialmente diseñadas para los vientos y las condiciones climáticas de la región, y que permitirán la producción de energías alternativas. En la inauguración estuvo Pescarmona y sus colaboradores directos de IMPSA (Industrias Metálicas Pescarmona S.A.),como invitados especiales se ubicaron junto al veterano ingeniero ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Lino Barañao (ex kirchnerista), y el Gobernador Cornejo.

Lo técnico

Según lo declarado por Ismael Jadur, el gerente de Relaciones Públicas de Impsa, esta última generación de máquinas IWP100.ar, posee un concepto muy innovador, ya que las palas no tienen eje y van acopladas al generador. Al tener menos componentes, es más eficiente y requiere menor cantidad de componentes, siendo así, más efectivo su mantenimiento.

Además, los nuevos equipos gozan de estándares de calidad de reconocimiento internacional en todos sus procesos de fabricación, con el aval del Sistema de Gestión de Calidad ISO 9001:2008, la ISO 14001:2004 y la aplicación de normas constructivas internacionales.

El presupuesto global fue de U$S 15 millones, dentro del cual la compañía recibió un subsidio cercano a los 18 millones de pesos del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación para desarrollar un equipamiento de última generación.

Situación de Impsa

A pesar de los nuevos emprendimientos, la empresa mendocina multinacional y única empresa argentina que genera industria pesada, ya se viene enfrentando a graves problemas financieros. El 20 de julio, Pescarmona debió vender 65% del capital de la compañía -inicialmente se propuso ceder el 40% y así evitar perder el control de la empresa- para reestructurar una deuda de casi 1.400 millones de dólares. La misma se remonta al 30 de octubre del año pasado, cuando no se cumplió con el pago de u$s 20 millones de intereses. Sin la ayuda del por entonces gobierno kirchnerista, Impsa no pudo cumplir con esa obligación y entró en default.

Ahora, luego de negociaciones con acreedores mayoritarios, la firma logró un Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE), para reorganizar su pasivo. “La sociedad ha alcanzado un consenso con sus principales acreedores que se refleja en la suscripción del Resumen de Términos y Condiciones para la Reestructuración Consensuada de la Deuda de Impsa”, aclara el documento enviado por la empresa a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

Sin embargo, el centro de la situación es que Pescarmona cederá  por primera vez el control de su pool empresarial en pos de mantener vivo su emprendimiento metalmecánico. 

Además, para terminar de saldar los compromisos, se deberán comprometer a pagar U$S 546 millones hasta el año 2031.

Voces y trasfondo

A lo largo de la inauguración se evidenciaron los diversos motivos y argumentos a favor del desarrollo exponencial de empresas como Impsa. Ante esto, Pescarmona habló de la polémica reestructuración de la deuda y dijo que lo más importante era conservar los puestos de trabajo y la tecnología, más allá de que se debió sacrificar un 65% de la compañía para lograrlo. 

En tanto a lo político y vinculación de la empresa con el gobierno actual, Pescarmona dijo: “Estoy convencido de que esta empresa subsistirá y volverá a crecer gracias al apoyo que tenemos de nuestro gobierno provincial y nacional”.

Por su parte Barañao, señaló que Impsa debe ser por muchos motivos un emblema de lo que queremos en el país. “Hay empresas que solo venden información, no fabrican nada y generan más capital que países enteros”, dijo. 

A su vez, dándole espacio a la crítica hacie el kirchnerismo y teniendo en cuenta que él fue parte de ese periodo como ministro de Cristina Fernández llamó la atención. Esto dijo Barañao:  "Hay cierta incoherencia de algunas movidas políticas, si bien se ha apoyado la tecnologia y el desarrollo, a la hora de tener un financiamiento o ir en la defensa empresarial, nuestro pais no ha sido el mejor. Tenemos un segundo intento en esta administración, de ver que se pueda mejorar esto". 

Mientras, el apoyo de la iniciativa por parte del gobierno, quedó muy claro cuando el Gobernador Alfredo Cornejo habló del rol que tuvo la provincia para que la empresa alcanzara un acuerdo con sus acreedores. 

"Fue un papel de ayuda, hemos logrado un proceso para que Impsa se mantenga en pie y siga generando valor y empleo, además de las satisfacciones como la de hoy día, para que Argentina tenga empresas competitivas", sostuvo el gobernador.

Respecto a esto último, también afirmó que “no es lo mismo interceder para salvar una industria innovadora, que un casino”, haciendo referencia a la situación del Cóndor de Los Andes y el Hotel Intercontinental. Ya que actividades como la programación de software del tragamoneda no se compara a la de ingenieros de primer nivel que tienen ideas y crean valor.

Para finalizar, el mandatario declaró que el desafío de Mendoza es apoyar a sus empresas nacionales en el concepto de defender lo nacional pero también ser competitivos en el contexto internacional.