Son negativas las sensaciones que experimentan los brasileños y brasileñas que residen en Mendoza, de cara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en su país. El domingo 28, el electorado del gigante de Sudamérica determinará quién tomará las riendas de la presidencia por los próximos cuatro años.

Unidiversidad hizo un relevamiento entre personas brasileñas que viven en Mendoza para conocer cuáles son sus sensaciones y qué opinan sobre Jair Bolsonaro, quien, de no mediar una hazaña de último momento, tiene casi asegurado ser el sucesor de Michel Temer.

Ellos y ellas conocen la idiosincrasia de su país. ¿Cómo se explican el ascenso al poder de un candidato con un discurso tan extremo? Jair Bolsonaro, con una carrera de casi tres décadas como diputado federal, es un exmilitar partidario de la dictadura, misógino, racista y homofóbico. Sin embargo, la última encuesta de Ibope indica que Bolsonaro suma el 57 % de las intenciones de votos válidos (excluyendo nulos, blancos e indecisos), frente al 43 % de Haddad.

"Yo últimamente ando sintiendo miedo e impotencia porque tenemos mucha dificultad de diálogo. Bolsonaro y su discurso violentamente racista, misógino y homofóbico no me representan. Y los que lo votan hacen como su candidato: huyen del debate", afirmó Ana Carolina Luz (27), periodista brasileña que se gana la vida trabajando como profesora de portugués. 

¿Voto odio?

Una cuestión que parece salir a flote cuando se analizan los datos de la cantidad de mujeres, personas homosexuales y de raza negra que apoyan al candidato del Partido Social Liberal (PSL) es la del antipetismo y hasta qué punto puede influir el discurso de lucha contra la corrupción, encarnada en el Partido de los Trabajadores (PT). Incluso, en los grupos que son abiertamente discriminados por el actual diputado.

"Esa pregunta me la hago todos los días y no encuentro respuestas. Mujeres, pobres, negras, gays votando por Bolsonaro. Solo está el odio antipetista para explicar eso, pero igual me cuesta creerlo". Así responde Dedé Vargas, fotógrafo, músico y productor cultural que se desempeña como presidente del Consejo de Ciudadanos Brasileños en Mendoza: "Infelizmente, Jair Bolsonaro con sus ideas fascistas despertó toda la ira que en el fondo formaba parte de los ciudadanos brasileños". 

"A mí me preocupan las personas que votan por él por falta de información. Que lo creen honesto, que supostamente votan en contra del PT, porque es corrupto", señaló Bruna Kappler (26), ciudadana brasileña que trabaja en Mendoza como recepcionista.

Bruna Kappler, licenciada en Administración y recepcionista.

El candidato del Partido de los Trabajadores es Fernando Haddad. Exministro de Educación de los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff, obtuvo casi 17 puntos menos que Bolsonaro en la primera vuelta. 

Elisa Moraes, otra residente brasileña, citó que "se produjo un aumento de las agresiones y muertes en grupos LGTB, negros y mujeres". La fisioterapeuta agregó que "todos los agresores son electores de Bolsonaro".

Para algunos, el ascenso al poder de Bolsonaro no representó sorpresa alguna. Tatiana Loureiro Benone, bailarina, fue contundente: "Él representa una sociedad enferma y egoísta". Responsabilizó a la cultura de masas y al poder de la iglesia y destacó la estrategia de Bolsonaro de ser un canal para la expresión de ideologías violentas: "Fue una construcción muy bien hecha de hace mucho, basada en el odio y la hipocresía. Él expone las ideas de violencia. La gente se avergonzaba de esto antes, pero ahora tienen voz a través de él".

Ana Elisa Ferreira Moraes, fisioterapeuta.

La violencia como estrategia electoral

"La gente está siendo perseguida, agredida y muerta solo por la posibilidad de que él gane. Mis amigos son ofendidos en las calles. La gente está festejando la idea de poder matar a los otros. No es más discusión de un programa político o de corrupción. Esto es mucho más grave", manifestó Tatiana.

En 2017, 63 880 personas fueron asesinadas en Brasil, según un estudio del Foro Brasileño de Seguridad Pública. Son 175 muertes diarias. "Si un policía mata a veinte delincuentes con diez tiros a cada uno tiene que ser condecorado", fue una de las tantas frases de Bolsonaro que causaron repudio por un lado, pero que le hicieron obtener muchos votos del otro.

Y esa puede ser otra clave para entender el auge del exmilitar, sobre todo en la parte más rica, conservadora y predominantemente blanca de la soceidad brasileña. El racismo, la misoginia, la homofobia, y la apología de la violencia; valores que no representan un obstáculo, sino un vehículo para obtener apoyo. Bolsonaro no está por convertirse en presidente de Brasil a pesar de todo eso, sino gracias a ello.

De esa manera opinó otro brasileñó consultado por este medio, Jonnathaz Delmondes: "Esos pensamientos forman parte de la estructura social brasileña desde su fundación. La diferencia es que ahora tenemos una figura pública, política e influyente que tutela esos pensamientos y los naturaliza como la salida más fácil frente a la crisis social, económica y política que enfrentamos".

"Votar a Bolsonaro da a los electores la libertad de reaccionar con la misma misoginia con la que habla el diputado", coincidió Bruna.

Jonnathaz Delmondes, estudiante de Turismo en la UNCUYO.

El rol del evangelicalismo

Un actor fundamental en la película que parece encaminarse a un final feliz para Bolsonaro y el PSL es la iglesia evangélica. Más precisamente, las iglesias evangélicas, puesto que las ramas dentro del protestantismo son muchas, pero todas, entre las que se destacan las Asambleas de Dios, el pentecostalismo y la Iglesia Universal del Reino de Dios, están apoyando al candidato de ultraderecha.

Alrededor del 30 % de la población brasileña profesa este tipo de cristianismo. "El líder de la Iglesia Universal del Reino de Dios (Edir Macedo) es también el dueño de uno de los principales canales de televisión del país", recordó Ana.

"Bolsonaro es el candidato que defiende la supuesta "familia tradicional" y la gente no va a ir en contra de lo que dicen los que comandan la 'Pare de Sufrir' (como le llaman a la Iglesia Universal)", manifestó Renan Claro, cocinero radicado en la provincia.

"Las burbujas son un problema. Si te metés a mis redes sociales, Haddad ya ganó, porque estoy en una burbuja de izquierda. Hay burbujas de extrema derecha, conservadoras, en las cuales el fuerte moralismo los lleva a apoyar a Bolsonaro aunque sean negros, mujeres, homosexuales. Una tristeza, la verdad", concluyó Ana.

Los datos del Consejo de Ciudadanos Brasileños en Mendoza señalan que en la provincia hay 220 brasileños aptos para votar. De estos, solo 110 comparecieron el 7 de octubre. Más de la mitad (57) votaron a Jair Bolsonaro, el ultraderechista candidato del Partido Social Liberal. Su contrincante en el balotaje, Fernando Haddad, recibió solamente 18 votos.

Ellos y ellas, aunque esperan con cierta resignación los resultados del domingo, insisten. "Todos los que creen en la democracia y en el derecho de existencia están luchando por la concientización y están organizados. Estamos en lucha", instó Tatiana.