Hasta hace poco, en la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO funcionaba un proyecto para producir biodiésel, un biocombustible elaborado a partir de aceite vegetal o grasa animal que permite reducir las emisiones de los vehículos. Actualmente, no se produce biodiésel, aunque se continúan los trabajos de laboratorio.

Natalia Spano es la responsable del Programa de Biocombustibles del Instituto Multidisciplinario de Energía de la universidad y, como tal, integró el equipo de trabajo del Proyecto de Biodiésel.

“Ese biodiésel se utilizaba en los camiones regadores y en los tractores de la Universidad Nacional de Cuyo, y se hacían pruebas de combustión y de emisiones”, detalló la especialista en química.

Spano resaltó que no es un programa cerrado. “Si hay algún municipio o algún privado que tuviera algún residuo y quisiera aprovecharlo, nosotros podemos ayudar en la parte técnica y en buscar líneas de financiamiento”. En su momento, Godoy Cruz colaboró con el proyecto. El municipio reciclaba aceites comestibles y los destinaba a la elaboración de biodiésel en Ingeniería.

“En general se recolectaba aceites usados de frituras. Había una persona encargada de hacer una recolección por algunos restaurantes de la Arístides y de la calle Belgrano”, amplió Spano. En el proceso también se utilizan habitualmente aceites vírgenes (incluso de soja, colza y jatropha), lo que resulta más rentable que emplear la de frituras, aunque la calidad del biodiésel resultante es la misma.

Este combustible alternativo tiene grandes ventajas: proviene de recursos renovables, es biodegradable y reduce las emisiones de dióxido de carbono.

Los cortes de este combustible se nombran según el porcentaje de biodiésel que contengan.

Mendoza, atrasada

Nuestra provincia no está entre las que más aprovechan el biodiésel como una alternativa. “Está muy poco desarrollado. Por ejemplo, en Santa Fe hay más de 40 plantas de biodiésel. En Córdoba y en Buenos Aires también hay. En Mendoza no hay ninguna planta grande. Por ejemplo, el que utiliza YPF para cortar su gasoil viene en el 50 % de San Luis. En la provincia no se produce”, destacó Spano.

Por ley, a nivel industrial tienen que cortarse tanto las naftas como el gasoil en un 10 % con bioetanol y con biodiésel respectivamente. Sin embargo, existen emprendimientos que buscan subir este porcentaje. La cervecería Quilmes comenzó a utilizar cortes de biodiésel en sus camiones de distribución en 2014. Actualmente tiene 180 unidades que lo emplean, y algunas de ellas comenzaron a usar B60, es decir, un corte con una proporción del 60% de biodiésel.