Argentina frente al cambio climático
El autor es miembro de la Academia Argentina de Ciencias Ambientales.
Nadie ignora que la humanidad enfrenta una situación ambiental crítica, como bien lo ha señalado el Papa Francisco en su última Encíclica. El desafío que enfrenta la humanidad no sólo es grave sino que es global, porque afecta a todo el planeta debido a las emisiones contaminantes de CO2 que han venido creciendo peligrosamente en las últimas décadas.
Esta amenaza global requiere una solución global, con compromisos de todas las naciones. La meta a alcanzar es exigente, ya que requiere que dentro de 20 años estemos emitiendo 30 % menos de CO2 que hoy. Esto exigirá numerosas acciones de modificación de los actuales patrones de consumo de energía, deforestación y prácticas agrícolas. Tengamos presente que, como dentro de 20 años la población mundial crecerá en 1400 millones de habitantes y –además– el PBI mundial será el doble del actual, se trata de reducir las emisiones contaminantes por unidad de PBI en nada menos que el 65 %.
Es importante que participemos en las próximas deliberaciones convocadas por Naciones Unidas, en el mes de diciembre en París, con una propuesta que propicie la expansión de las nuevas energías limpias, y también de las tradicionales, como la hidroelectricidad. Tengamos presente que el abundante potencial energético de nuestros ríos ha sido aprovechado al día de hoy en menos de la mitad.
Nuestra propuesta debería incluir un programa de iniciativas de mayor eficiencia energética, que contemple las siguientes acciones:
• Modernización y expansión del transporte público urbano, extendiendo iniciativas como el Metrobus a todo el conurbano de Buenos Aires y las grandes ciudades del interior del país;
• Rehabilitación y modernización del ferrocarril de cargas y de pasajeros;
• Nuevas normas técnicas para mejorar la eficiencia en la utilización de combustibles por parte de los camiones, autos y otros rodados;
• Normas técnicas que apunten a una mayor eficiencia en la utilización de la energía en la industria manufacturera;
• Fomento a artefactos eléctricos que ahorren energía;
• Nuevos códigos de edificación urbana que alienten la construcción de edificios e instalaciones que ahorren energía;
• Normas tributarias y crediticias que estimulen el ahorro de energía.
Nuestra política ambiental debe incorporar los aportes de todos los sectores científicos, las universidades, las instituciones académicas y las asociaciones que cuidan el medio ambiente. En esta tarea también deberán participar activamente los gobiernos provinciales y los municipales. La voluntad política de cuidar la Tierra para nuestros hijos debe expresarse en un gran acuerdo nacional que supere las divisiones partidarias, ya que todos vivimos en la misma Casa Común, como bien nos dice el Papa Francisco.
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31 DE OCTUBRE DE 2024