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26 DE DICIEMBRE DE 2024
Se trata del uso del desinfectante como un “remedio casero” para curar infecciones respiratorias y alergias. Sus dudosos beneficios fueron viralizándose en las redes sociales del mundo. Qué daños provoca según expertos.
Foto: Publicada por Diario Clarín
Una peligrosa moda se instala alrededor del mundo y Mendoza no se queda afuera de esto, pues se han registrado cuatro casos de intoxicación en los últimos días.
Conocido como “MMS” o “Milagroso suplemento mineral”, es una sustancia que resulta de mezclar clorito de sodio, agua y ácido cítrico que, tal como lo advirtieran desde la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y tecnología Médica (ANMAT), “resulta necesario destacar que el consumo directo de clorito de sodio, en solución acuosa, puede producir dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones”. Con el avance de la COVID-19 este producto volvió a circular con fuerza en las redes sociales y grupos de whatsapp.
Sergio Saracco, experto en toxicología y director del Observatorio de Salud Pública y Problemáticas de consumo de la Facultad de Medicina de la UNCUYO, dijo a Radio Nihuil que el dióxido de cloro se promociona como “la panacea” en muchas publicaciones en redes sociales muy poco serias y sin ningún sustento científico.
“El dióxido de cloro o el clorito de sodio es un desinfectante dentro de la familia de hipoclorito de sodio, la lavandina, que cumple funciones para blanquear. Se usa en la industria del papel para blanquearlo, como desinfectante para potabilizar el agua, como se usa la lavandina o el cloro, en muy bajas concentraciones diluido en litros de agua y también es usado para otros procedimiento como la desinfección de objetos inertes”, indicó Saracco y agregó: “Nada tiene que ver con la exposición a esta sustancia por vía oral. Algunos la promocionan por vía endovenosa, que es una locura total, y otros hasta para nebulizarlos”.
El especialista señaló que cada vez es más frecuente encontrar casos de intoxicaciones y daños severos en la salud por la ingesta de este químico en todo el mundo. Esto “despertó una respuesta de toda las sociedades científicas iberoamericanas donde se alertó sobre esta situación y se hizo eco la Organización Panamericana de la Salud con publicaciones para dar información a la población para no caer en esta trampa que a veces con un sustento falas genera la esperanza de encontrar la solución a una enfermedad en donde no solo no produce ningún beneficio a esta patología que quieren tratar, sino que generan cuadros tóxicos a nivel intestinal, sanguíneo, hepático que es severo”.
“En Mendoza tuvimos cuatro casos que nos consultaron colegas por asistencia a pacientes que lo tomaron por indicación, recomendación o búsqueda en las redes, que cuando uno ve estos anuncios son bastante creíbles, pero no tienen ningún aval que los funden. No hay evidencia científica que demuestre esto”, aclaró Saracco.
Explicó que produce daños en boca, en el esófago, en el estomago y los pacientes tienen procesos importantes y que en algunos casos “llegaron a intolerancia alimentaria. Además produce alteración a nivel bacteriana, a nivel del intestino, que terminan en diarreas importantes que muchas veces les cuesta semanas recuperarse por el daño que produce la estructura intestinal”.
Esas son las consecuencias de consumir bajas dosis diluidas en agua, pero en el caso de que sea mayor o cometer un error las consecuencias pueden ser peores y pueden llegar hasta causar la muerte: “Afecta la estructura cardíaca, se daña la conducción eléctrica del corazón, además de provocar edema de glotis o edema de pulmón”, entre otras consecuencias graves para la vida.
El problema es su fácil alcance
El problema de esto es que el dióxido de cloro es un producto que se consigue en cualquier casa de limpieza debido a que es un producto que no está prohibido, ya que se usa para la desinfección en los hogares.
“El hecho es confundir la acción que tienen sobre una superficie, donde uno aplica estos desinfectantes y va a actuar destruyendo e inactivando bacterias, virus y hongos, como se usa en el hogar, que es muy distinto a ponérselo dentro de uno creyendo que va a matar la bacteria de la neumonía, o el virus del coronavirus o cualquier otra afección y esto es altamente peligroso”, sostuvo Sergio Saracco.
“Cuando usemos cualquier producto químico recordemos que la dosis hace al tóxico”, expresó el especialista y recordó que la medida correcta para la desinfección en las casas es de 0,1% de la sustancia diluida en un litro de agua, y de esa manera, en el lapso de 5 minutos destruye los virus y bacterias.
Ante la viralización de noticias falsas respecto del uso de este químico, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió un comunicado informando que “no recomienda utilizar productos a base de dióxido de cloro o clorito de sodio por vía oral o parenteral en pacientes con sospecha o diagnóstico de COVID-19, ni en ningún otro caso, porque no hay evidencia sobre su eficacia y la ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos”.
Además, solicitó que las autoridades sanitarias de cada país deben vigilar la promoción de productos con supuestas propiedades terapéuticas para la COVID-19 a través de los medios de comunicación y redes, con el fin de implementar las acciones correspondientes.
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